Según informó la BBC, el hallazgo se produjo durante una expedición polaca en la Bahía del Almirantazgo, en la Isla Rey Jorge. Allí, el retroceso de la nieve y el hielo dejó visible un área rocosa en la que se encontraron restos humanos.
Las pruebas de ADN confirmaron que pertenecían a Dennis Bell, un joven meteorólogo británico de 25 años que en 1959 cayó accidentalmente a una grieta mientras trabajaba para el Servicio de las Dependencias de las Islas Malvinas (hoy British Antarctic Survey).
Una historia congelada en el tiempo
Junto a los restos, los rescatistas hallaron objetos personales como un reloj de pulsera, una radio y una pipa. Tras la repatriación a Inglaterra, se realizaron análisis genéticos que confirmaron la identidad.
“Hace tiempo que desistí de encontrar a mi hermano. Es simplemente extraordinario, asombroso. No lo puedo superar”, dijo emocionado su hermano David Bell, de 86 años.

Dame Jane Francis, directora del British Antarctic Survey, recordó: “Dennis fue uno de los muchos valientes que contribuyeron a la ciencia temprana y a la exploración de la Antártida en condiciones extraordinariamente duras. Aunque se perdió en 1959, su recuerdo sigue vivo en el legado de la investigación polar“.