El 9 de noviembre es el Día Mundial de la Adopción, que fue establecido con el fin de “celebrar la unión de nuevas familias, crear conciencia sobre el tema y recaudar fondos para apoyar a las familias durante el proceso”. En Argentina, hay muchos mitos respecto de la adopción, especialmente relacionados con los tiempos burocráticos largos y las dificultades que se encuentran en el camino.
Sin embargo, existe una realidad poco conocida: adoptar a un niño o niña mayor de 5 años puede llevar poco tiempo, ya que hay muchos esperando por una familia.
“La mayoría de las personas adoptantes se inscriben para ahijar bebés o niños pequeños”, explican desde Adopten Niñes Grandes Asociación Civil (ANG), que trabaja para promover la adopción de niñas, niños y adolescentes mayores de 5 años, grupos de hermanos y de menores con discapacidad o diferentes condiciones de salud.
Cuántos niños, niñas y adolescentes aguardan ser adoptados hoy
Según ANG, no hay datos actualizados o certeros en este momento, ya que los últimos son de 2020. Por aquel entonces, se calculaba que había unos 2.200 mayores de 5 años en situación de adoptabilidad.
Pero, ¿por qué estos niños esperan tanto tiempo? La realidad es que más del 90% de las familias adoptantes buscan bebés o niños pequeños. “Hay miles de familias queriendo adoptar y miles de niños buscando ser parte de una familia. Esta es la brecha que ANG intenta achicar”, dicen.
Cuáles son las dudas que aparecen sobre adoptar un “niño o niña grande”
Ante esta posibilidad aparecen muchas dudas, pero también miedos. “Pienso que los miedos de adoptar niñes grandes dependen un poco de la experiencia de vida de cada uno”, dice Lorena, de ANG y mamá de un menor de 15 años. “Pero sí hay fantasías bastante comunes entre los padres y madres por adopción, que surgen en parte por los prejuicios que existen en la sociedad y de los que no somos ajenos”.
Entre los prejuicios más comunes están:
- que no acepten a los adoptantes como padres/madres.
- que cuando crezcan un poco más vuelvan con su familia de origen.
- que repitan la historia de su familia de origen.
- que las experiencias traumáticas del pasado condicionen de manera negativa su vida.
“Tener fantasías negativas sobre el futuro de nuestros hijos es una forma de faltarles el respeto. Cada vez que esos miedos me asaltan, recuerdo el respeto que le debo a mi hijo y lo resiliente que es. Creo que eso es una de las cosas más hermosas de la adopción, construir en familia la posibilidad de un futuro mejor”, asegura una mamá de la ONG.
Apoyo a lo largo del proceso
A raíz de esta realidad, incluidas las dudas y los miedos, Adopten Niñes Grandes brinda espacio de apoyo y contención para estas familias a lo largo del proceso, desde que empiezan con la idea hasta años después de haberla concretado.
También difunden las convocatorias públicas (búsquedas judiciales de familias abiertas a toda la comunidad) de menores que necesitan vivir en familia y para los cuales no hay postulantes inscriptos en los registros.
“Descubrimos las secuelas del desamor, el descuido y las desgracias inenarrables”, explican en ANG. “Pero nos movilizamos para visibilizar a los y las niñas, niños y adolescentes reales que sufren, que sueñan y que esperan una familia que los cuide y los quiera. Sus derechos fueron vulnerados y aun así tienen esperanza, son resilientes y vuelven a confiar en los adultos”, resumen.
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