El brusco descenso en el caudal de agua que pasa por los saltos que forman las Cataratas del Iguazú obligó a suspender los paseos náuticos y las actividades programadas con el argumento de que no están dadas las condiciones de seguridad.
Este viernes el día comenzó con una caída de 455 metros cúbicos de agua por segundo, cuando lo normal es que el caudal oscile entre 1500 y 1800. Según los expertos esta situación se debe a que las represas que Brasil tiene sobre el cauce del río mantienen cerradas sus compuertas lo que impide el descenso de las aguas del río Iguazú.
La situación, estiman, se normalizará a mediados de marzo cuando lleguen las lluvias a esas zonas de Brasil.
Del lado argentino, el fenómeno trajo un inesperado beneficio: los turistas pueden observar especies de plantas nativas que por lo general se encuentran escondidas detrás del agua.