Tras ser denunciado por abuso un abuelo intentó quitarse la vida

El hombre quiso tirarse de un puente este mediodía, luego de ser acusado públicamente a través de redes sociales por su nieta.

Tras ser denunciado por abuso un abuelo intentó quitarse la vida
Un abuelo fue denunciado por su nieta, quiso arrojarse al río Gualeguaychú\nCrédito: MáximaOnline

El hombre

habría intentado arrojarse

desde el puente sobre el Río Gualeguaychú, ubicado en

Ruta Internacional Nº136

.

La información da cuenta que el personal de la

Brigada de Prevención Delitos Rurales Gualeguaychú

que se encontraba de recorrido por la zona,

pudo identificar a una persona mayor en actitud sospechosa sobre el puente

, que al acercarse

éste habría manifestado que quería terminar con su vida

.

Una joven denunció a su abuelo por abuso
Crédito: Instagram Feminista
Una joven denunció a su abuelo por abuso Crédito: Instagram Feminista
Se trata de una persona mayor de 72 años

,

que fuera denunciado públicamente por una nieta de la ciudad de Gualeguaychú

, quien a través de la cuenta

Feminista Oficial

de Instagram,

relató hechos de abuso sucedidos durante varios años

cuando era niña, en manos de su propio abuelo.

El hombre fue trasladado por los uniformados

hasta el puesto ubicado en el cruce de Rutas 136 y Primera Junta, donde habría sido retirado por un familiar, y trasladado

al Hospital Centenario de Gualeguaychú para su asistencia,

publicó

máximaonline

.

Por la denuncia de abuso realizada por la joven en la fiscalía local, se inició una investigación.

La denuncia pública
La denuncia pública fue realizada a través de la cuenta @feministaoficial donde la relató lo vivido en la infancia: "Me llamo Fernanda, tengo 18 años, nací en Entre Ríos, Gualeguaychú. Mi familia está compuesta por mis padres adoptivos, Ana y Orlando, y mi hermano biológico Federico".

"Mi madre biológica se llamaba Silvia Raquel Marín, una mujer independiente que padeció de maltrato, abuso, acoso y fue obligada a pasar por situaciones de manera forzada y sin alternativas".

"Justino fue una de sus parejas durante el tiempo que mis padres biológicos se separaron, nos cuidó de manera voluntaria y cumplió el rol de padre cuando Silvia falleció. Mi padre biológico se llama José María Funes, nunca cumplió el rol que debía, es un proxeneta, abusivo, golpeador, incluyendo a su pareja, Marta, en ese trayecto que viví con ellos. Me han dejado cicatrices corporales y a la vez psicológicas.

Mi abuelo paterno, Enrique Antonio Funes, hace aproximadamente doce años, siempre se mostraba ante la mirada de terceros como un buen hombre, atento, cariñoso, pero detrás de esa máscara existe en realidad otra persona.

Y ahora te hablo a vos Enrique, déjame hacerte memoria. . . (suspira) ¿Recordás la hora de la siesta, cuando yo estaba en el cuarto jugando y vos entrabas a despedirte porque te ibas a trabajar? Te sentabas en la esquina de la cama y me decías que te dé un beso de despedida, y yo te besaba la mejilla. Vos me decías más cerca de la boca apuntándote con tu dedo, y yo te daba un beso más cerca. Entonces me decías: ahora más cerca, besame la boca, y yo te decía que no quería hacer eso porque no me gustaba; y vos me agarrabas de la boca y me obligabas de manera forzada a que te besara. Después te ibas como si nada.

Cuando venías de trabajar me sobornabas regalándome dulces para que yo minimizara los hechos y creyera que era lo correcto. . . " "¿O acaso recordás otra siesta, cuando mirabas televisión y yo me quedaba a mirar porque era entretenido lo que veías, y me hacías sentarme en tus piernas. Recuerdo claramente cuando yo tenía una falda puesta. Vos apoyabas tu mano en mi rodilla y me preguntabas intimidándome si me molestabas, y yo te decía que no. Entonces subías tu mano aún más arriba y me decías: ¿ahí te molesta?, presionando mi pierna. Entonces volvías a decirte que no, por temor. Llegó un momento que tu mano terminó en mi vagina, y vos hacías mucha presión ahí, y yo me quejaba porque me dolía mucho. Cuando me quejé fuerte me sacaste de arriba tuyo porque Celia escuchó mi queja y entonces yo, inmediatamente, me encerraba en el baño hasta la hora que te tenías que ir porque tenía mucho miedo a que me sigas haciendo daño.

A la noche empezaste a mirarme mientras dormía, y hubo otros días que me destapabas, me acariciabas el pecho, el short y la vagina. Cuando sentía eso me movía para que no me sigas haciendo doler con las supuestas caricias de amor de abuelo. No podía dormir por las noches y sentía miedo de gritar por temor a recibir más golpes de los que ya había recibido".

0800-222-1717 Atención a víctimas de abuso sexual infantil. Línea gratuita cualquier día, a cualquier hora, desde cualquier lugar del país.