Cada vez que nace un bebé de algún famoso, una duda comienza a tomar fuerza: ¿sus padres se comerán la placenta? Es que artistas como Evaluna Montaner y Camilo, Jennifer Lopez y Juana Repetto lo han hecho o esperan hacerlo cuando nazcan sus hijos.
La viralización de estos casos han generado algunas dudas y preocupaciones en mujeres que buscan conocer más sobre esta práctica para decidir si ponerla en práctica o no.
Qué es y para qué sirve la placenta
La placenta es un órgano que se desarrolla en el útero durante los meses del embarazo. Su función principal es proveer oxígeno y nutrientes al bebé durante su desarrollo en el útero, además de eliminar los desechos de la sangre del bebé.
Un dato importante a tener en cuenta es que la placenta se adhiere a la pared del útero y de ella surge el cordón umbilical y permite hacer el intercambio de nutrientes y oxígeno, además de la filtración de los desechos con el feto.
Cuál es el origen de comerse la placenta
Comer la placenta no es algo nuevo ni una moda pasajera, se trata de una práctica que se realiza en diferentes culturas y desde tiempo inmemorables. Si vamos aún más atrás en la historia, varios tipos de mamíferos dentro del mundo animal comen la placenta luego del nacimiento de sus crías.
Si hablamos de civilizaciones, en China, la placenta es considerada un remedio contra la vejez y ha sido utilizada por más de dos mil años como ingrediente para incrementar la energía y vitalidad. Esta necesariamente no es ingerida por la misma mamá, sino que se vende como un producto en algunos mercados.
Cuánto cuesta comerse la placenta
Sobre los precios de preparar para comer una placenta no hay tanta información a la mano. En 2021, el diario El Mundo publicó un artículo donde señala que en el mercado de medicina tradicional china de Bozhou cuestan 1.300 yuanes el kilo, casi 200 dólares. Sin embargo, no es un producto que tengan expuesto y los vendedores niegan tenerlo, ya que está “prohibido”.
En 2017, Kim Kardashian reveló la cifra que gastó en el proceso de deshidratación y preparación de las píldoras de la placenta de su hijo Saint West. La famosa socialité pagó unos 250 dólares por el tarro que se hizo viral en las redes con la frase “Kim, tu increíble placenta”.
Por su parte, diarios españoles señalan que con el aumento de la moda de ingerir la placenta, el precio en el país europeo por el mismo procedimiento puede costar hasta 400 dólares.
Las mujeres tienen derecho a pedir al momento del nacimiento de sus hijos la placenta y el cordón umbilical, luego de tenerla en su poder, necesitan de la ayuda de un experto en el tema y con conocimientos de salud perinatal, que sepa prepararla y que seguramente cobrará una tarifa por hacerlo, según sea el método elegido.
Cómo se puede comer la placenta
Existen varias formas de comer la placenta. La preparación más común y la que realizaron varias de las celebridades nombradas es la creación de una cápsula, que se realiza al vaporizar y deshidratar la placenta o al procesar la placenta cruda. Esto significa que la consumen a través de una píldora. También se sabe que algunas personas comen la placenta cruda, cocida o en batidos o extractos líquidos.
¿Es peligroso comerse la placenta?
Esta es otra de las preguntas que más suelen surgir al momento de considerar ingerir la placenta. Según la reconocida clínica Mayo señala que “Comer tu placenta después de dar a luz (placentofagia) puede ser perjudicial tanto para ti como para tu bebé”.
Es que en el artículo titulado “¿Es seguro comerse la placenta?”, se expresa que los métodos en los que se prepara la placenta “no eliminan por completo las bacterias y virus infecciosos que podría contener la placenta”.
El artículo también detalla que “Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron una advertencia en contra de tomar cápsulas de placenta debido a un caso en el cual un recién nacido presentó estreptococo del grupo B después de que la madre tomó píldoras de placenta que contenían estreptococo del grupo B y amamantó al bebé”.
Asimismo, la clínica destaca que algunos afirman que comer la placenta puede prevenir la depresión posparto, reducir el sangrado postparto, mejorar el estado de ánimo, la energía y el suministro de leche, y proporcionar micronutrientes importantes (como el hierro), pero “no hay pruebas de que comer la placenta aporte beneficios a la salud”.