Darío Barassi volvió a la tele y sorprendió a todos: “Me comí la placenta de Inés”

El conductor sanjuanino lanzó una desopilante revelación, en tono humorístico, en su vuelta a 100 Argentinos Dicen sobre el nacimiento de su segunda hija.

Darío Barassi volvió a su programa 100 argentinos dicen y lanzó un comentario sorprendente
Darío Barassi volvió a su programa 100 argentinos dicen y lanzó un comentario sorprendente

El sanjuanino Darío Barassi está atravesando un gran momento en su vida luego de ser padre por segunda vez. Hace apenas una semana fue el nacimiento de su segunda hija, Inés, y en este contexto el conductor regresó a 100 Argentinos Dicen y lanzó un comentario que sorprendió a muchos.

Todo sucedió cuando el humorista presentó a una familia que llegó al programa para participar y todos eran muy parecidos entre sí. Entonces, Barassi exclamó: “¡Ah, sucesivos! ¡No, porque estoy muy con el tema embarazos, el saco gestacional!”, y luego lanzó: “¡Che, me comí la placenta de Inés!”.

Ante esto, la productora le preguntó al aire “¿en serio?”, y el sanjuanino asintió con la cabeza a modo de afirmación. Como respuesta, Luli Latorre le acotó: “”¡Debe ser eso lo que te da acidez!”.

La práctica de comerse la placenta con el fin de obtener presuntamente beneficios para la salud de la madre y del bebé está de moda y genera polémica. No sólo la hija de Ricardo Montaner, Evaluna, admitió haberse comido su placenta, sino que también otras famosas como Kim Kardashian, Jennifer López y Juana Repetto también han hecho lo mismo con sus embarazos.

El jueves pasado, Darío Barassi fue padre por segunda vez junto a su esposa, Luli Gómez Centurión. Ambos celebraron la llegada de Inés, la hija menor de la pareja, que se suma a la Emilia, más conocida en redes por Pipi, su tierno sobrenombre.

Tras la llegada de Inés, el actor aseguró a través de sus historias de Instagram que siente culpa con su hija mayor: “La culpa del padre reciente de otra niña, que viene a la puerta del colegio a retirarla y todavía no hay ningún papá”, contó Barassi, al llegar a la puerta del jardín y descubrir que había llegado tan temprano que aún no había ningún otro padre esperando a su hijo.