Gabriela Mendez de 34 años, en homenaje a su hija fallecida, habilitó un merendero en el barrio Cristo Resucitado, del municipio de San Pedro. Durante cuatro años solventó con su bolsillo los alimentos que preparaba para ofrecer a los vecinos de bajos recursos.
Gabriela junto a su cónyuge y sus cuatro hijos, trabajan comprometidos con la realidad de sus vecinos. Hace 15 años, la pareja padeció la muerte de su hija, Marianela, quien padecía síndrome de Cornelia de Lange y falleció con un año y cuatro meses, pese al esfuerzo invertido para salvarla.
El dolor de la familia se atenuó con los años y con la llegada de los demás hijos, pero en el corazón de esa familia estaba el deseo de ayudar para mantener la memoria de la niña fallecida. Gabriela Mendez dijo que comenzó con el merendero hace cinco años y que prepara la merienda porque ve a los niños en la calle con hambre.
Al principio era ella y su familia los únicos encargados, luego se sumaron vecinas para trabajar y aportar con mercaderías. Con el pasar de los años, el trabajo fue visibilizado por integrantes de la Fundación Mujeres Solidarias y las vecinas pasaron a formar parte de la agrupación Darío Santillán. Mediante esta agrupación, reciben parte de la mercadería necesaria para cocinar. También, las vecinas recibieron un horno eléctrico y una olla para preparar los alimentos, ayuda que le brindó el gobierno provincial, Oscar Herrera Ahuad.
El merendero recibe a los niños que retiran los alimentos dos veces por semana. Y son las mujeres quienes se reúnen para preparar el pan y la chocolatada. Utilizan el garaje de la vivienda y esperan recibir ayuda para construir un espacio exclusivo para preparar y servir la comida.
