Tungoil, la fábrica de aceite de tung de Santo Pipó llegó a su final tras un entramado de medidas tributarias y judiciales y el desguace de diferentes administraciones que no supieron valorarla. En estos días se encuentran realizando el desguace final de las instalaciones que frenaron sus motores y provocaron un cierre de portones a unos 3 mil productores de materia prima que vendían a buen precio su producción y cobraban en término. Solo quedan erguidos sus seis silos de cemento.
Originaria de Oriente, la planta de tung proporciona un aceite utilizado para calafatear embarcaciones, alimentar antorchas y hogueras, proteger maderas a la intemperie. En la actualidad es aplicado a la fabricación de pinturas, lacas, sustancias impermeables, aislantes de poco peso, linóleos, hules, cintas para frenos de automóviles, barnices, la base de la pintura de las naves espaciales y también las vainas y correderas de los misiles, para quienes lograron llegar al mercado de EE.UU. Si la fábrica continuara funcionando, aseguran que el mercado sería muy rentable.
La planta llegó a Misiones a principios del siglo pasado. Para 1950 había 54.820 hectáreas cultivadas con esta especie. Se generó en la ribera del Paraná una cuenca productiva con al menos seis de estas fábricas. Con la semilla embolsada en las chacras surgieron enseguida las plantas procesadoras que le dieron valor agregado. La Tung Oil, conocida como la Santo Pipó Tungoil fue creada en la década del '40 y trituró millones de toneladas de las semillas.
El equipo de procesamiento incluía desde la carga de semillas hasta el envasado de aceite en botellas. Sin embargo, la planta fue desarticulada en tiempos que la frigorífica Cofra, en la década pasada durante el gobierno de Federico Puerta, tomó su administración, cuando todavía podía funcionar. Luego vino un intento de moler soja y fabricar harina pero todos en declive. Finalmente vendió el predio de 29 hectáreas y el desguace solo continuó, hoy no se sabe quien es el propietario.
El golpe final llegó en estos días, aplastando a medias el fin del verano y el comienzo de la cuarentena por el coronavirus. El desguace de la fábrica puso a la intemperie las entrañas destrozadas de una maquinaria creada para generar riqueza en Misiones.