El ministro de Economía, Sergio Massa, se reunió esta mañana en Washington con Brian Nichols, mano derecha del presidente Joe Biden para Asuntos de América Latina, a la espera de la votación del directorio de FMI para el desembolso de US$ 7.500 millones para la Argentina.
Anoche Massa mantuvo una cena en la casa del embajador Jorge Argüello con Juan González y Mike Pyle, del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
Es sabido que Massa conoce a ambos y que tienen una buena relación, con quienes se reúne cada vez que el ministro argentino visita Estados Unidos.
A pesar de la sintonía habitual, este encuentro del titular del Palacio de Hacienda con el Fondo cuenta con un clima diferente, luego de un largo proceso de negociaciones con el FMI que demoró cuatro meses para que la Argentina lograra alcanzar los desembolsos, algo que Massa transmitió a sus interlocutores del Gobierno de Estados Unidos.
”La reunión de anoche fue larga, duró unas cuatro horas, se hablaron de todos los temas de la agenda bilateral, de la región del proceso electoral argentino. También hablamos del G20 y de la reunión de India en septiembre, de política comercial estadounidense, fue muy positiva para ambos lados”, resumió a Télam un allegado al ministro.
Al margen, es elocuente el tono más confrontativo de Massa con el FMI, y que comenzó a verse hace unos días tras los resultados de las elecciones.
”Si soy Presidente trataría de pagarle al FMI para sacarlo del medio”, se le oyó decir aquí, una vez más, sobre el “síndico trimestral” que audita las cuentas argentinas mientras que el país tiene programa con el Fondo.
”La reunión de mañana con la directora gerente del Fondo es para revisar todo el procedimiento de desembolsos, teniendo en cuenta que la Argentina accedió al pago de sus obligaciones con el FMI con mecanismos que lo eliminaron como prestamista de última instancia en esa categoría, porque aparecieron operaciones de crédito con Qatar, China y la CAF, que de alguna manera suplieron y reemplazaron los desembolsos de anticipo para cumplir con las obligaciones que tenía el país con el Fondo”, señaló Massa en una conferencia de prensa desde el BID.
Los temas de conversación con los funcionarios estadounidenses fueron diversos: el gasoducto Néstor Kirchner, cómo se gestaron los préstamos, la relación del Gobierno con China y la aparición de un actor inesperado para Estados Unidos en la arena internacional para el financiamiento a los países, el prestamos con Qatar, entre otros, según confiaron a Télam allegados al ministro de Economía.
Por último, el resultado de las elecciones y el interrogante de cómo sería un eventual Gobierno de Javier Milei al estilo Jair Bolsonaro estuvo entre las inquietudes de los funcionarios demócratas, “aunque este tema no fue tan relevante, apenas se mencionó”, aclararon las fuentes consultadas.
El ministro de Economía y candidato presidencial por Unión por la Patria (UxP) reconoció que “la exigencia del FMI de pedirle a la Argentina una devaluación de su moneda tiene un impacto en la inflación, y el Gobierno aspira a corregir esa situación con medidas que se van a anunciar en los próximos días”.
”Serán dos o tres por día, por el lapso de una semana, y tendrá que ver con la recomposición de ingresos y apuntalar el sector productivo”, expresaron fuentes de la delegación argentina.
Massa pareció que, tras el efecto inflacionario esperado para agosto “por la devaluación dispuesta por imposición del FMI”, el equipo económico espera que la evolución de los precios “en septiembre y octubre vuelva a niveles razonables”.
”El mayor escollo de su gestión, y que obligó a cambiar las reglas de juego con el organismo”, según confiaron allegados al titular del Palacio de Hacienda.
Así las cosas, hoy por la tarde Massa se reunirá con la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, mientras que el directorio sesionaría a primera hora de la tarde el caso argentino.
Por la silla argentina representará al país Sergio Chodos, para aprobar los US$ 7.500 millones que serían girados de forma inmediata hoy según aclaró Massa , quien ayer anunció nuevos créditos del BID y el Banco Mundial por poco más de US$ 1.300 millones.