A partir del 1 de enero de 2022, el impuesto a las ganancias aumentará un 50,62% en la variable del pago del tributo. Este porcentaje fue el que se incrementó en la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte) entre octubre de 2020 y ese mismo mes de este año.
Desde 2018, se utiliza esa variable para calcular las actualizaciones del esquema del impuesto que pagan las personas físicas. Sin embargo, este año presenta una diferencia a comparación de otros años.
En abril de 2021, se modificó la ley y ahora está determinada que hay que arribar cierto nivel de ganancias para pagar este impuesto. Aunque desde un comienzo se había estipulado que todos los asalariados que cobren más de $150 mil debían pagar, el número para comenzar a pagar el tributo cerró en $175.000.
Ahora bien todos aquellos que cobren entre esta cifra y $203.000, el decreto 620/21 muestra una tabla de deducciones que hacen que el monto a pagar no sea tan elevado. Sin embargo, todos aquellos que se vean remunerados con un sueldo superior a los ya expuestos, todo quedó exactamente igual.
Para 2022 no pagarían Ganancias aquellos que tengan un salario bruto de hasta $263.593. Mientras que pagarían con el esquema “aliviado” quienes perciban entre ese monto y alrededor de $305.768.
Las deducciones del Impuesto a las Ganancias
El aumento según el Ripte deberá aplicarse también, según lo establecido por ley, a los montos deducibles por algunos conceptos. Así, en el caso de declararse el pago de salarios por servicio doméstico, el máximo que se descontará en 2022 del ingreso sujeto al impuesto pasará de $167.678,40 a $252.565 aproximadamente (y lo mismo en el caso de la deducción por alquiler de vivienda).
La deducción por cónyuge pasará de $156.320,63 a $235.457 anuales, aproximadamente; la correspondiente a cada hijo menor de 18 años, de $78.833,08 a $118.742, y la de hijo incapacitado para el trabajo, de $157.666,16 a $237.484.
Con información de La Nación.