Villa Ciudad Parque, ubicada en el departamento de Calamuchita, es la primera comuna en utilizar el cannabis como tratamiento medicinal. En la localidad se realiza la plantación y la formación de acompañantes terapeúticos para tratar a los vecinos de la región.
El dispositivo se pudo desarrollar tras la resolución número 656, del Ministerio de Salud de Nación. A través de la ordenanza, se autorizó al municipio a producir cannabis para fines médicos y científicos, acompañada en el proceso por investigadores del Conicet y la Universidad de Río Cuarto y por las organizaciones cannábicas pioneras en la producción.
La comuna es precursora en el uso medicinal del cannabis, hay acompañantes terapéuticos formados en la administración del aceite, y un equipo interdisciplinario del dispensario local lo administra entre pacientes de la zona, aunque hasta ahora la adquisición debía ser tercerizada en productores independientes.
Un dispositivo sanitario estatal
Los invernaderos para la producción de cannabis son del Estado municipal, y están en la manzana 81 de la localidad, un predio de 4.200 metros cuadrados donde en el futuro se instalará el laboratorio. Este producto luego es analizado por instituciones para luego, ser aplicadas en el uso medicinal.
En este sentido, en el dispensario local se trata a 90 vecinos con medicina cannábica. El tratamiento es pago pero en caso de que el paciente no esté en condiciones de abonarlo, es proveído por la comuna.
Yanina Filippo, directora de Salud de Villa Ciudad Parque, señaló que el proyecto de la comuna para producir el medicamento comenzó para dar respuesta a una demanda social ya instalada.
La profesional destaca que, desde la comuna implementaron un sistema de becas para ayudar a los habitantes de la localidad que no cuenten con recursos económicos para afrontar el tratamiento. Y sumaron acompañantes terapéuticos para el seguimiento de los procesos de niños o adultos que lo requieran.
Procedimiento de aplicación
El dispositivo, que funciona hace unos seis meses, comprende la atención de profesionales que indican el tratamiento y el tipo de aceite y brindan un seguimiento del usuario. Además, hay un equipo interdisciplinario que realiza derivaciones. También incluye la inscripción al Reprocann (Registro del Programa de Cannabis), que brinda cobertura legal y hasta autoriza al autocultivo por cuestiones médicas y debe ser efectuada por un profesional médico.
“En realidad es una medicina que como cualquier otra tiene que tener su seguimiento, ahí entra la necesidad e importancia de poder investigar y conocer los efectos que tienen en ciertas patologías”, señala Filippo a La Voz, quien es licenciada en psicología.
Si bien la patología que disparó el uso fue la epilepsia, -con casos en los que disminuir de forma considerable las convulsiones- observan efectos positivos en patologías mentales, autismo, artrosis y artritis, entre otras.