A la distancia, repasar la historia en vida de una mujer que "hizo historia" es tan necesario como recordarla cuando ya no está con nosotros.
Por eso, conocer quién fue Miriani Pastoriza debería ser una obligación para todos los jóvenes argentinos que se encuentran estudiando una carrera o tienen pensando hacerlo.
Porque Miriani fue y es un ejemplo de que cuando una profesión te apasiona, nada te detiene, aún en épocas muy distintas a las actuales y donde ser mujer era cargar con una mochila de desigualdad mucho más pesada que la de hoy.
En 1965, no solo se convirtió en la primera mujer en la Universidad Nacional de Córdoba en graduarse como licenciada en astronomía.
También publicó junto a José Luis Sérsic, su director de tesis, un trabajo sobre formación estelar en galaxias que revolucionó ese campo de estudio y todavía es una referencia ineludible para los estudios actuales.
Años más tarde se desempeñaba como Jefa de Trabajos Prácticos en el Observatorio Astronómico de Córdoba, cuando debió exiliarse: figuraba en una lista de personas "presuntamente peligrosas" difundida por la Junta Militar del gobierno de facto.
En 1978 se radicó en Brasil, donde se convertiría en una de las investigadoras de mayor reconocimiento a nivel mundial, tanto por sus aportes a la ciencia, como por su compromiso en la formación de recursos humanos.
Derribando paradigmas. Una galaxia es un conjunto de estrellas, nubes de gas, planetas y polvo cósmico, unidos gravitatoriamente en una estructura más o menos definida.
Hasta mediados de la década del '60, se pensaba que los núcleos de las galaxias estaban compuestos solamente por estrellas viejas.
Pero Sérsic y Pastoriza refutaron esa concepción. Descubrieron que en un alto porcentaje de un tipo particular de galaxias –las espirales barradas–, existen grandes regiones de gas ionizado y polvo donde se están formando estrellas de manera activa, y que esas zonas están distribuidas alrededor del núcleo o región central de la galaxia.
El hallazgo representó un quiebre en el paradigma de los conocimientos del universo observable de esa época, según publica este miércoles el portal Unciencia.
El impacto internacional fue tal que tras la publicación del artículo –titulado Peculiar Nuclei of Galaxies–, las galaxias de este tipo pasaron a ser llamadas galaxias Sérsic – Pastoriza, o galaxias S-P.
Las observaciones que les permitieron a Sérsic y a Pastoriza arribar a su conclusión fueron realizadas con el telescopio de 1,54 metros de la Estación Astrofísica de Bosque Alegre (Eaba), que para la época era uno de los más grandes de en el hemisferio sur.
Pero en aquel entonces, no era sencillo que una mujer se dedicara a una disciplina que involucraba tareas nocturnas en lugares desolados y reservados solamente para hombres.
Tanto es así que Sérsic –quien además de su tesis de licenciatura también dirigió la de su doctorado– debió tramitar un permiso especial ante el rector de la UNC para que una mujer pudiera pasar algunas noches en la Eaba con un grupo de astrónomos hombres, a fin de reunir los datos para su trabajo final.
Pero esto no fue impedimento para que Pastoriza, continuara desarrollando sus investigaciones en la Eaba.
En colaboración con investigadores internacionales, realizó trabajos sobre variabilidad de luz en otras galaxias, que permitieron mapear la estructura y el tamaño de las regiones centrales de galaxias donde se hospedan los agujeros negros supermasivos.
Luego de mudarse a Brasil, en 1973 regresa a Córdoba y obtiene el título de Doctora en Astronomía, el segundo en todo el país obtenido por una mujer.
En 1976 fue incluida en una lista de personas "presuntamente peligrosas" difundida por la Junta Militar.
En ese contexto, se vio obligada a abandonar el país.
En 1978, aceptó la invitación de Edemundo da Rocha Vieira, director del Instituto de Física de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, para liderar el incipiente grupo de investigación en astrofísica.
Pastoriza no solo tuvo que enfrentar el peso del exilio, también debió abandonar por completo el área en la que desarrollaba su actividad científica, para adecuarse a su nuevo grupo de trabajo, que solo contaba con un pequeño telescopio de 50 cm.
Dejó de lado su especialización en astronomía extragaláctica y se dedicó a la astronomía estelar.
Con su nuevo equipo, publicó varios artículos que representaron grandes aportes al conocimiento de la evolución química de la Vía Láctea.
* La historia completa de esta eminencia conocela en este link.