Cerca, pero no tanto. Armando Pérez y Lucas Acosta estuvieron en el predio de Villa Esquiú, separados apenas por unos metros, pero todavía sin reconciliación. Al menos en público.
El ex presidente Celeste observó el amistoso con Mitre de Santiago del Estero, sentado al costado del campo de juego junto a Juan Carlos Olave (¿su posible vice para las próximas elecciones?) y a la altura de la mitad de la cancha.
Detrás de uno de los arcos, practicaba Acosta, a la espera de ingresar en algunos de los dos partidos. Algo que no ocurrió. Los separaban unos cuantos metros, y los sigue separando aquellas declaraciones de Pérez al finalizar la Superliga anterior, en contra del arquero.
La postura de Acosta, y sobre todo de su representante Juan Cruz Oller, era que no volvería a atajar, ni siquiera en los entrenamientos, hasta que Pérez pidiera disculpas en público. Y además, cambiar de club. Hasta ahora, nada de eso se dio.
De todos modos, Acosta modificó su posición y se puso a las órdenes del DT Lucas Bernardi. Y desde la dirigencia de Belgrano le manifestaron a quienes manejan el pase que la intención es retenerlo para pelear el puesto con César Rigamontti.
En las últimas horas Lanús habría vuelto a la carga, ofreciendo un millón de dólares por el 70 por ciento de la ficha del arquero. E Independiente ofreció 1.250.000 por la totalidad del pase.
"Un tropiezo no es caída. Aprende de las dificultades, conoce los obstáculos, y recuérdalos para el próximo desafío. Levántate y continúa", escribió sugestivamente Acosta en su cuenta en Instagram.
El pasado sábado, en el amistoso con Newell's en el Gigante, los socios en la tribuna lo aplaudieron, y el arquero levantó los brazos en agradecimiento. Un primer paso, necesario para cerrar heridas.