Fue una fiesta no armada por él. Pero los hinchas de Talleres la aprovecharon para que sea el gran homenajeado. Luego del anuncio de su despedida, Frank Kudelka se paró por última vez en el corralito de cal y vivió el amistoso contra Boca como si fuera por los puntos.
Agradeció con un tibio gesto la ovación cuando el equipo salió al césped de un Kempes que, entre fanas albiazules y Xeneizes, no tuvo el marco esperado. Algo más de 23 mil personas le pusieron color a un amistoso que, por el presente de ambos equipos, debería haber tenido mejore concurrencia.
Y en el medio del show de luces y fuegos artificiales del inicio, Kudelka metió las manos en los bolsillos de su pantalón gris, se sentó en el banco y los flashes de las cámaras le hicieron parpadear más de la cuenta. Una vez iniciado el partido, tardó menos de un minuto en pararse y empezar a dar indicaciones y a protestarle faltas a Fernando Espinoza, el árbitro y sus colaboradores.
Varias veces charló con Raúl Armando, su ayudante de campo y sólo ellos sabrán los temas aunque seguramente analizaban los cambios para el segundo tiempo o comentaban alguna jugada.
Para él, que era el dueño del homenaje, era un partido más. El técnico nacido en Freyre prefirió disfrutarla como siempre: perfil bajo, trabajando.
La tranquilidad con la que se desarrolló el partido hizo que los momentos de más emotividad hayan sido apenas terminó la primera mitad. Allí Kudelka elevó sus brazos en señal de saludo ante la ovación cerrada de la platea.
En el complemento, la actitud de Kudelka siguió igual. dando indicaciones, haciendo cambios y protestando, como es su costumbre. Interrupió su rutina cuando, a los 17, antes de ingresar, se acercó Carlos Tevez a darle un abrazo. El ídolo de Boca aportó el gesto distinto a la despedida del entrenador albiazul, también muy saludado por Ramón Ábila y Emanuel Reynoso, jugadores a los que potenció.
En el cierre, Kudelka se agarró la cabeza luego de los goles errados por sus jugadores que pudieron ser el empate. Y en el final del juego, el grito hecho canción: "Que de la mano, de Frank Kudelka, todos la vuelta vamos a dar".
Luego, el DT habló para le televisión oficial, esperó a sus jugadores y miró la premiación junto a ellos, se sacó selfies con algún colado, se abrazó con Bebelo. Y, ante el grito de su apellido, se paró un rato antes de meterse al vestuario, respiró hondo y volvió a saludar.
Todo Talleres espera que sea un hasta pronto y que el entrenador que se fue, vuelva a dirigir al equipo en un futuro. ¿Habrá una segunda parte para Frank Darío Kudelka?