"Ya le dije a la señorita Mercedes que el año que viene me siga dando deberes para hacer en mi casa, así no me olvido de lo que aprendí", esas son palabras de Pedro Abaca un vendedor ambulante de Córdoba que, contra todas las trabas, se recibió de la primaria a los 62 años.
El hombre se dedica a vender los rollos de papel para el ticket de los viajes a los taxistas y paraguas en los días de lluvia, según cuenta La Nación.
El hombre asiste, junto a otras 90 personas, al Hogar de Día María Justa de Moyano, perteneciente a la Municipalidad de Córdoba. Allí, además de comer, conoció la escuela y a los profesionales que lo ayudaron a concretar uno de sus sueños, terminar la educación primaria.
"Yo no sabía leer ni escribir y quería aprender muchas cosas. Antes me daban una dirección en un papel y no entendía, me perdía. Ahora puedo defenderme y estoy más tranquilo", declaró al diario La Nación.
El esfuerzo por superarse y alcanzar ese anhelo pronto se vio recompensado, fue elegido abanderado por su compromiso y su asistencia a clases.
"Tenía que dejar mi trabajo para venir a clases y tomarme dos veces el colectivo, que está muy caro. Cuando llovía, me acercaba al hogar y le pedía permiso a la maestra para vender los paraguas. Ella siempre me decía que sí", aseguró Pedro al matutino.
Hace dos semanas, Pedro logró su objetivo. Se recibió de la primaria y al acto de final de curso asistieron su mujer y nietos. Ahora ya tiene otro objetivo en mente: arreglar su casa en Villa Las Violetas.