El fiscal Marcelo Fenoll (foto) comenzará a tomar testimonios en las próximas horas para reconstruir los últimos momentos de Pablo Rielo (35), el joven rosarino que murió en el Hospital de Urgencias por una falla multisistémica que le causó el consumo de pastillas de éxtasis, tras asistir a una multitudinaria fiesta electrónica en el Complejo Forja.
"Hoy di directivas en la Unidad Judicial 13 para que se convoque a quienes asistieron a Rielo a prestar declaración", dijo Fenoll a Día a Día. Agregó que, en principio, las indagatorias serán a quienes trataron de ayudar al joven cuando lo hallaron deambulando perdido y llamaron a la Policía y el 107. Es decir, a vecinos, "naranjitas", policías, asistentes a la fiesta y los médicos que lo trataron.
La indagatoria incluirá a los amigos de Rielo lo acompañaron en la fiesta, y a otros testigos que tuvieron contacto con la víctima en el interior de Forja. De este modo, el fiscal tratará de conocer en detalle las últimas horas de vida de Rielo, y determinar, entre otras cosas, cuándo y dónde consumió la droga, y cómo la obtuvo.
También, si es cierto que hubo "abandono de persona", como declararon en distintos medios de prensa testigos que llamaron insistentemente a la ambulancia para que lo asistiera. "La primera vez que llamé al 107 me dijeron que no podían ir porque únicamente atendían heridos de armas o por accidentes", contó una vecina a este diario.
"Llamé de nuevo a la ambulancia. Estaba indignada, me daba bronca que no les importara un ser humano. Al final accedieron y tardaron una hora. Cuando llegaron les dije que habían abandonado a una persona", añadió.
Consultado sobre este punto, Fenoll se mostró cauto y dijo que "se analizará la línea de tiempo para conocer los movimientos de la gente que tenía posibilidades y obligación de asistir" a Rielo. Esto se debe a que, según otros testigos, la Policía debió trasladar al joven en el patrullero al hospital.
"Trataremos de determinar si Rielo recibió en tiempo y forma la asistencia que su cuadro clínico ameritaba", explicó Fenoll. También intentará conocer si el muchacho "presentaba signos clínicos preocupantes dentro de Forja, o si comenzó afuera".
La investigación del fiscal no es tarea fácil. Su par Carlos María Cornejo, del fuero antinarcotráfico, se encarga por su parte de sustanciar el hallazgo de "dosis de cocaína, marihuana, pastillas de éxtasis y troqueles de LSD" que incautó en Forja la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA).
"Muy excitado". "Nos encontramos con un paciente tirado en el piso, excitado, rodeado por vecinos, 'naranjitas' y policías". Eso dijo Gerardo Sánchez, el médico del Servicio de Emergencias 107 que fue el primero en llegar a la calle Pinagasta al 1.300, donde Rielo agonizaba.
El profesional aseveró que el joven rosarino "estaba muy excitado" y que fue "desmejorando con el tiempo", hasta llegar "semiinconsciente" al Hospital de Urgencias.
Al ser consultado sobre la acusación vecinal por presunto abandono de persona, respondió: "No tengo el reporte de la historia clínica para saber el tiempo exacto que pasó desde que nos notificaron hasta que llegamos adonde estaba el paciente”,
Sánchez contó en el programa Entre Nosotros Rebeca que, según dijeron los policías, antes de desvanecerse Rielo contó que había consumido una pastilla presuntamente traída de Rosario. Trascendió que los amigos de la víctima declararon lo mismo en las últimas horas en la Justicia.
En tanto, Buenas Noches Producciones (BNP), la productora que organizó la fiesta electrónica (y la misma que organizó el evento del año pasado en el Orfeo en el que murió Tania Abrile) defendió su labor del fin de semana, y en su Facebook sostuvo que en la fiesta hubo "65 policías, 60 guardias privados, 6 médicos, 6 enfermeros, 12 rescatistas, 3 ambulancias y más de 50 puestos de hidratación". Los tres socios de BNP se encuentran imputados por presunto "homicidio culposo" por la muerte de Tania Abrile.
Donaron órganos. Con 35 años, Pablo Rielo fue recordado en Rosario por amigos y compañeros de trabajo que expresaron su dolor ante el trágico desenlace de la fiesta electrónica.
Mientras los familiares viajaron a Córdoba y decidieron donar sus órganos, allegados al personal trainner publicaron mensajes de despedida en las redes sociales, donde destacaron el "corazón noble y sano" del muchacho.
Si bien la investigación penal sobre el caso está dando sus primeros pasos, sus parientes descartaron que consumiera drogas en forma regular y aseguraron que era una persona que se cuidaba mucho por la práctica deportiva habitual. Además de esa tarea, Pablo trabajaba en una casa de electrodomésticos, donde lo describieron como "un gran compañero" y "un súper amigo muchas veces".