Generalmente, los chicos de los clubes que juegan al fútbol quieren llegar a primera y triunfar.
En el caso de Bruno Amione es distinto. Él quiere estudiar y ayudar. Y con la particularidad y simpleza de la manera en que lo expresa la verdad que no deja de sorprender en la forma que lo comenta.
El pibe lo explicó así: "quiero terminar el secundario y que me vaya bien. Me gustaría vivir del fútbol pero estudiar algo también es bueno. Me gustaría estudiar profesorado en matemática y tener una fundación con mi vieja para ayudar a la gente más humilde. Eso siempre planeamos con ella".
Y fundamentó su respuesta, su idea solidaria diciendo: "Cuando salgo veo a la gente humilde durmiendo, con frío, que les falta comida. Siempre cuando tenemos, damos y cuando no hay, no hay. Mi vieja siempre me inculca eso y es muy lindo eso".
Y esa madre llamada Liliana López que, cuando su hijo del medio vino a Belgrano, dejó en Calchaquí, Santa Fe a su marido y a Franco, su hijo mayor y viajó a Córdoba con Enzo, el más chico de la familia. Y, sin dejar de tener los pies sobre la tierra, está orgullosa de Bruno y sus ganas de ayudar. "Es el sueño que tenemos. Queremos justamente poder estar bien económicamente para ayudar a los que lo necesitan".