El Departamento Ejecutivo de Jesús María impuso este miércoles un nuevo organigrama que le brinda facultades para crear nuevos cargos: dos subsecretarías, seis direcciones, y una agencia de desarrollo económico. Esto desató una polémica con las anteriores autoridades y actuales opositores.
Se trata del segundo proyecto normativo que envía al Ejecutivo al cuerpo de ediles para reformar el gabinete, pero en este caso se autorizó la creación de los siguientes cargos: Subsecretaría de Gobierno y la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Servicios Públicos. Además, las siguientes direcciones: Coordinación de Políticas Sociales, Cultura, Deportes, Educación, Inclusión Integral, y Saneamiento. Paralelamente, se crea la Agencia de Desarrollo Económico. Lo aprobado supone que se duplican las subsecretarías y se triplican las direcciones del municipio.
"No cuestiono la facultad que tiene el intendente para armar su gabinete, pero ampliarlo de este modo en este tiempo de pandemia no es ni oportuno ni conveniente. Va a crear, en principio, 9 cargos, porque aún no sabemos cuánta gente formará parte de la Agencia de Desarrollo. Dijo que era para organizar la carrera administrativa. Y no es cierto: esto es para la planta política, mientras tenés un municipio totalmente paralizado", reclamó la exintendenta Mariana Ispizua.
Luis Picat explicó al respecto: "El organigrama nos sirve para organizar la estructura del Ejecutivo y del personal. No es que vamos a ocupar todos los cargos. De hecho, muchos quedarán vacantes, pero nos sirve para señalar qué función tiene que cumplir el actual personal. Y el costo sólo aumenta en 25 mil pesos por mes".
Compromiso Ciudadano, el principal partido opositor de la ciudad, contradijo los dichos del intendente y en un comunicado dejó entrever que, anualmente y si se cubriesen todos los cargos, la erogación sería millonaria.
Picat dijo que gran parte del personal que podría ocupar los nuevos cargos en la práctica ya los venían ocupando, pero bajo la modalidad de contrato. Y volvió a cargar contra la herencia recibida en diciembre de 2019. “Que no se olviden que recibimos una deuda de 89 millones de pesos y que, durante estos pocos meses que llevamos de gobierno, solamente de gastos superfluos nos ahorramos 30 millones de pesos”, destacó el jefe comunal.
“Sin contar –añadió– que el intendente sigue sin cobrar su sueldo y que sus funcionarios voluntariamente se redujeron sus remuneraciones y ya le aportaron a la ciudad durante la pandemia tres millones de pesos”.
Desde la vereda del frente, Ispizua retrucó: “Hay algo de lo que nadie habla y es que se dieron de baja todos los contratos de Cultura, de deporte, y del Promuvi (Programa Municipal de Vivienda). Y es gente que tampoco pudo cobrar el IFE. Es todo el dinero que no está ingresando al circuito económico. Es obvio que así el municipio va a poder ahorrar. Pero es gente a la que no le debíamos soltar la mano”.