Agustín Destribats, un luchador con todas las letras

Es uno de los atletas cordobeses que tiene asegurada su plaza a los Juegos Olímpicos de Tokio y todos los días atiende la tienda de ropa de la madre para dar una mano.

Agustín Destribats, un luchador con todas las letras
Agustín Destribats, luchador clasificado a los Juegos Olímpidos de Tokyo, atiende la tienda de su mamá en Bialet Massé

¿Qué es ser un luchador? Según el diccionario de la Real Academia Española, hay tres definiciones: la primera es "tenaz en el esfuerzo para sacar adelante su propósito". La segunda: "persona que lucha". Y, la tercer definición es "persona que se dedica profesionalmente a la lucha deportiva".

Agustín Destribats entra perfectamente a las tres descripciones. Porque desde chico que no cesa en su esfuerzo para lograr objetivos, porque es luchador tanto dentro como afuera del deporte que se llama lucha grecorromana y para el que está clasificado a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio.

Agustín Destribats festeja con todo su logro de la clasificación en el Preolímpico de Otawa ante el estadounidense Retherford
Agustín Destribats festeja con todo su logro de la clasificación en el Preolímpico de Otawa ante el estadounidense Retherford

A sus 22 años, sabe de pelearla bien de abajo y, a pesar de su buen momento deportivo, se arremanga y le da una mano a su familia. "A la mañana empecé a trabajar en el negocio de mi mamá. No lo tomo en realidad como un trabajo sino como ayuda a mi familia. Voy de 9.30 a 13, llego para la comida en casa. Comemos, siempre hacemos algo a la siesta con mi hijo y mi novia nos ponemos a jugar con él. Más la tarde me hago un tiempo para hacer algo del entrenamiento, luego cenamos y ya estamos acostados temprano", contó Destribats cuando Vía Córdoba le preguntó sobre su rutina diaria.

El momento más feliz de Agustín Destribats cuando su clasificación a Tokyo 2020 ya era un hecho
El momento más feliz de Agustín Destribats cuando su clasificación a Tokyo 2020 ya era un hecho

Y en esta cuarentena se tuvo que armar de paciencia pero trata de disfrutarlo lo mejor posible. "Es una experiencia nueva para mí. Algo que hace mucho no hacía como estar en casa con mi familia, mi hijo, mi novia. Estar juntos y con tranquilidad sin estar pensando que debo viajar. Yo estoy disfrutando de este tiempo en familia", agradeció el luchador.

Su figura casi pasa desapercibida en Sonia Moda, la tienda que tiene el nombre de su mamá en Bialet Massé. A pesar de ser ya un luchador con futuro olímpico, la poca difusión que tiene su deporte hace que no le cueste mucho mantener su perfil bajo. "Nadie me ha reconocido pero creo que normal porque es un deporte que no es muy conocido", relató el atleta.

Y enseguida aclaró: "Sigo siendo el mismo de siempre, tímido poco sociable . Me enseñaron siempre a tener los pies sobre la tierra". Aunque también reconoció que la atención al público en la tienda de su mamá le ha sacado un poco la timidez.

Su vida transcurre entre Córdoba y Bialet Massé. Sus grandes amores son su novia Agustina y Gino, su hijo. Pero su sueño en el deporte de la lucha grecorromana viene desde hace tiempo y siempre está dispuesto a dar todo para llegar a su objetivo.

Y, el 15 de marzo de 2020, fue el gran día: le ganó a Zein Retherford, de Estados Unidos por puesta de espaldas y logró el pasaje en categoría libres 65 kg. para Tokyo en el preolímpico de Ottawa, Canadá.

En su última publicación en Instagram, Destribats contó la que tuvo que pasar para llegara a cumplir su sueño:

Sus inicios con el profe Leonardo Torres en barrio Ituzaingó, sus esfuerzos y sacrificios tuvieron sus frutos. "Desde que Leo me planteó el alto rendimiento, llegar a un Juego Olimpico, era algo que estábamos buscando. Teníamos la esperanza que se podía lograr, fue el club que me vio crecer y todos los que lo componen están alentándome siempre. Ellos confiaban más en mi que yo mismo", recordó Destribats.

CONCIENCIA Y ESPERANZA. Sabiendo que la lucha grecorromana no es un deporte masivo, Agustín Destribats trata de tomar con calma su buen momento y es consciente de las limitaciones de quienes se animan a practicarla. "Tengo 22 años, creo que tengo mucho futuro pero es difícil en el país que vivimos. Para progresar tengo que entrenar en otro país y eso me condiciona a estudiar, trabajar, tener otro ingreso porque la realidad es que no se puede vivir del deporte. Hoy puedo, mañana ya no sé. Lo pienso y me da tristeza que llegue ese día. A mi edad ya hice cosas en la lucha que nadie las hizo y se que puedo dar mucho más"

En cualquier deporte amateur, una clasificación a los Juegos Olímpicos puede significar un espaldarazo a la lucha en el país y en Córdoba. Pero Destribats lo relativiza: "No sé si a va a influir para que otros vayan a practicar lucha. Sí estoy seguro que con mi clasificatorio le demostré a mis compañeros de la lucha que sí se puede. Veníamos de 24 años sin que ningún luchador masculino argentino clasifique. Se veía lejos, casi imposible, pero abrí esa puerta y sé que a muchos de los luchadores le dieron aún más ganas de luchar por sus sueños".

Y si de sueños se habla, Agustín Destribats, el luchador, sabe que no hay imposibles: "Tengo muchos sueños en lo deportivo. Quiero hacer historia y que cuándo yo me retire de la lucha se sigan acordando de mi y de las cosas que logré".