En el empate de Talleres con Arsenal pasó de todo, incluído un penal atajado por Guido Herrera sobre el final, que salvó de la derrota a la T con nueve jugadores en la cancha.
"No tendría que haber dejado que Nico Giménez pateara el penal. En dos años en Talleres debe haber pateado 300 penales con Herrera en el arco", asumió Sergio Rondina, técnico de Arsenal, sobre la jugada decisiva.
"Pobre Nico, quedó amargado, caído, y es uno de los puntos altos del equipo. Mi reproche es que lo tendría que haber sacado", completó el Huevo.