Un símbolo profundo de la identidad catamarqueña llegó hasta el Vaticano. Se trata de un poncho tejido en la localidad de Belén con fibra de vicuña, una de las más finas y valiosas del mundo, que fue obsequiado por el presidente Javier Milei al Papa León XIV durante su encuentro en la Santa Sede.
La prenda artesanal, elaborada por tejedoras y tejedores de Catamarca, fue destacada por el gobernador Raúl Jalil como emblema de una cultura ancestral que sigue viva en la provincia: “Un poncho tejido en Belén, elaborado con fibra de vicuña, llegó al Vaticano como símbolo de la identidad catamarqueña. El presidente Javier Milei se lo obsequió al Papa León XIV durante su encuentro, en honor a una tierra que el Pontífice conoció antes de asumir su actual cargo”, expresó el mandatario provincial.

El poncho representa el saber transmitido por generaciones y el trabajo minucioso de manos artesanas, que encuentran en el telar no solo un oficio, sino una forma de vida y de desarrollo económico. “El tejido artesanal, hecho con una de las fibras más finas del mundo, refleja el saber de generaciones y el trabajo de nuestras tejedoras y tejedores. Es cultura viva, legado y desarrollo para muchas familias de la provincia”, remarcó Jalil.
El Papa León XIV, quien conoció la región catamarqueña antes de su pontificado, recibió el obsequio como un gesto de respeto y conexión con las raíces del pueblo argentino. Para Catamarca, la llegada del poncho a Roma es también una forma de visibilizar la riqueza cultural del NOA y el valor de su producción artesanal frente al mundo.