La crisis llegó al comedor La Luciernaga, que hace dos días no puede abrir sus puertas

La falta de insumos para poder cocinar, llevó a tomar la decisión a la encargada del lugar, dónde se alimentan cerca de 150 personas.

Fresco contó que varias mujeres se acercan a ayudarla para cocinar.
Fresco contó que varias mujeres se acercan a ayudarla para cocinar.

La crisis económica que atraviesa el país hizo que muchas personas de bajos o nulos recursos vuelvan a acudir a los comedores para alimentarse aunque sea una vez al día, pero en este caso, el difícil presente económico alcanzó al comedor  La Luciernaga, que hace dos días no puede abrir sus puertas.

La principal razón es la falta de insumos para cocinar y atender a las cerca de 150 personas que van habitualmente al lugar que está ubicado en la zona norte de la capital. Miriam Fresco, encargada del lugar, contó lo ocurrido.

"No tengo nada, la verdad que la estamos pasando re mal, nuestro comedor se mantiene con la ayuda de la gente y la gente está pasando una situación mala y les cuesta mucho para darnos una mano. No tengo carne, lo único que tengo son 30 kilos de arroz y 15 kilos de fideo, más unos botes de aceite, no tengo más que eso. A los chicos no les puedo hacer solamente fideos hervidos, les tengo que cocinar algo que los alimente y no les dé hambre”, explicó.

“A veces salgo con una alcancía por los negocios o casa por casa pero no se recauda para poder contar con un cajón de pollo o diez kilos de carne que es lo que necesito. Son 150 por día para alimentar”, añadió.

Fresco se mostró muy triste por no poder abrir y destacó que no hay ayuda del gobierno. "La gente de Catamarca tiene un corazón muy grande, es muy buena y siempre que puede ayuda, sin ellos el comedor no podría funcionar. Es muy triste que los chicos vengan o me pregunten y tener que decirles que no hay".

"Desde el PIO me dijeron que no podían ayudarme porque el comedor funciona en mi casa, esas son puras excusas. Damos de comer a 150 chicos desde hace más de siete años y ellos me dicen eso. Es muy triste no poder abrir el comedor. Es por los chicos, para que ellos no sientan hambre", concluyó en diálogo con El Esquiú.