La vida en cuarentena contada por una familia carlospacense

Su nombre es Rodrigo Lencina, es Contador Público, trabaja para una Empresa de Seguros ubicada en la ciudad de Córdoba, pero desde el mismo día en que inició el "aislamiento social, preventivo y obligatorio" decretado por el Gobierno de la Nación, trabaja desde su casa.

Rodrigo vive en un complejo habitacional ubicado en pleno centro de Carlos Paz, para ser más precisos, a unas cuatro cuadras de la peatonal, junto a su mujer Mélanie y su hijo Yusei, un pequeño que en mayo cumplirá siete años.

"Desde el 20 de marzo empecé a trabajar desde casa por conexión remota. Cumplo horario desde las 7 hasta las 14 horas y nos conectamos todos desde temprano, como si fuéramos a trabajar al espacio físico", comenta el joven contador en diálogo exclusivo con Vía Carlos Paz.

Gracias a su puesto de trabajo y al acceso diario a Internet y programas con los que cuenta a través de su computadora, es que Rodrigo puede cumplir con su rutina laboral sin que tenga mayores consecuencias en cuanto a lo económico.

En este sentido, incluso nos confesó que su gasto fijo mensual disminuyó considerablemente. "Me ahorro entre unos seis mil y siete mil pesos, por el simple hecho que no tengo que viajar a diario. Tengo el auto con la nafta que le puse hace unos 20 días, imaginate", dijo.

En cuanto a la educación del pequeño Yusei, nos cuenta que asiste a una escuela privada de la zona y que las tareas son a diario mediante actividades que las docentes envían por WhatsApp, situación que cambiará desde la semana próxima ya que incluirán las denominadas "Class room"​.

"Nos mandan actividades, mi señora es la que más se ocupa de las tareas con el enano. Pero a partir de la semana que viene las clases comenzarían a las ocho de la mañana con clases en vivo", detalla Rodrigo.

En cuanto a las rutinas que incorporaron por el aislamiento, este carlospacense por adopción ya que es oriundo de Malagueño, nos cuenta que desde que no pueden asistir al gimnasio, se adaptaron a las clases virtuales a través de YouTube, e incluso, con aplicaciones que los ayuda a mantenerse en forma y no perder el ritmo que traían.

Además, nos confesó que descubrió algo que no imaginaba que le gustara tanto: "Cocino casi todos los días y descubrí que me gusta mucho". A lo que agrega que otra de las rutinas que sumaron, es la de limpiar la casa en familia: "Cada uno se dedica a limpiar y a acomodar un sector de la casa, así nos dividimos tareas. Está bueno", dice hasta con un tono entusiasta.

En cuanto a las salidas de la casa, nos dijo que de lo que va de la cuarentena salieron sólo tres veces, "y tratamos de hacer todo lo que teníamos que tramitar, comprar todo lo más que se pueda porque realmente queremos quedarnos en casa"​.

Y agrega: "Si me preguntás sobre el gasto, te diría que en mercadería gastamos un poco más que con la rutina de antes, pero porque no podemos ir a los lugares mayoristas de Córdoba en donde compramos en cantidad y más barato, nos tenemos que limitar a los supermercados más cercanos. Pero, desde hace unos días, incorporamos el uso de cadete que directamente nos traen todo a domicilio", continúa la charla Rodrigo.

Sin lugar a dudas la rutina diaria cambió vertiginosamente para muchos, tanto para aquellos que continúan trabajando desde sus hogares porque su profesión se lo permite, como para aquellos que no pueden hacerlo. Para todos y desde cada ámbito y contexto, la situación puertas adentro debe ser más que diferente.

Niños en casa, clases virtuales, organizar el uso de la computadora de acuerdo a la cantidad de estudiantes en el hogar, dialogar con docentes mediante un dispositivo web o a través de WhatsApp. Para los padres separados, también es todo un tema organizarse. Y ni hablar para aquellos que ni siquiera pueden trabajar de lo que hacían. Todo influye, todo se modifica día tras día y a la espera de que todo esto verdaderamente pase y de la mejor manera.

"Lo que más extraño y que me parece muy importante, es la familia, en el caso mío no verla a mi vieja más de quince días, me hace re mal. Si bien hacemos videollamadas, hace falta un abrazo, un 'cómo estás' en persona. En fin, es lo que más duele y molesta de toda esta situación", concluye Rodrigo Lencina que nos brindó un momento de su tiempo para contar su historia, el cómo vive puertas adentro junto a su familia esta cuarentena.