El entore precoz es una práctica ya corriente; eso sí, su implementación exitosa tuvo unos años de práctica no exentos de algunos errores. Ya más acostumbrados a las diferentes medidas que hay que tomar, a continuación enumeramos algunas de las principales de acuerdo a la etapa de crecimiento de las futuras madres:
La recría de las terneras
Haciendo el análisis de sobre un caso en particular en la zona entre Ayacucho y Tandil vemos que los pesos al destete rondan los 170 a 180 kg en años normales y apenas entrado el mes de abril destetadas, van a alimentarse de manera alternada en promociones de rye-grass, avenas y pasturas base cebadilla, pasto ovillo y trébol rojo. Entrando al invierno es común la suplementación con rollos de las mismas pasturas donde las comidas ya mencionadas se efectúan con alta carga animal y pocas posibilidades de elección de especies.
De todas maneras se logran ganancias que rondan en ese invierno los 500 gr/día de promedio hasta llegar a set-oct, donde la primavera explosiva nos permite no sólo llegar a 650 gr/día sino planear una buena selección final de futuras madres.
La selección de hembras
La tasa de reposición en este caso ronda el 15% y por lo tanto deberemos tener una buena cantidad de vaquillonas preñadas o bien unas cuantas terneras a entorar que significa un % importante de toda la crianza; dicho esto el resto del stock irá al engorde a corral y nuestras madres seguirán alimentándose a campo siempre sin suplementación con grano.
Hace algunos años usábamos la medición del área pélvica para ajustar la selección final. Áreas de 135 cm2 para abajo se descartaron; aunque esa práctica la seguimos recomendando, luego de varios años de ensayos, hallamos correlación positiva entre peso vivo y área pélvica y por lo tanto nos guiamos con el peso final al entore del orden de los 260 a 280 kg y por supuesto con un tacto preservicio para detectar posibles anomalías.
Se omite detallar la sanidad (de gran importancia, claro) ya que los medicamentos utilizados son los de uso habitual y no difieren sea el destino de los animales engorde o entore.
Usamos inseminación artificial a tiempo fijo sin excepción; ello nos permite utilizar toros probados de bajo peso al nacer. En el mercado se puede adquirir semen de toros con 32/34 kg de peso al nacer que como se sabe es una característica de alta heredabilidad %, para las razas británicas habituales de la zona donde estamos trabajando
Luego de ello habrá que hacer el repaso ya que con IATF se preñan entre el 50% y el 55% de las hembras en el mejor de los casos.
La selección de los repasos es sumamente artesanal en nuestro caso ya que implica una gran atención de parte del personal: usamos toros que posean éstas dos virtudes básicas:
- Ser hijos de vaquillonas entoradas a los 15 meses.
- No haber sido asistidos en el parto cuando nacieron.
La parición
Animales preñados deberán pasar un verano sin muchas restricciones; pero en nuestra zona los pastizales naturales y también las praderas artificiales llegan a su peor período; entonces un sorgo forrajero u otro verdeo de verano es recomendable para que la vaquillona de apenas 2 ó 3 meses de gestación continúe con ganancia de peso de por lo menos 200gr/día hasta que llegue el esperado otoño; en esos meses y previo a parir conviene brindarle a las futuras parturientas una buena pradera o verdeo de invierno.
Al tener muchas vaquillonas preñadas pariendo en un solo lote y todas en pocos días nosotros destinamos una persona casi full time a ello; en primer lugar fue capacitada de manera específica y durante 45 días se dedica muy especialmente a asistir la parición sea ayudando a alguna madre a expulsar su ternero o si hay alguna urgencia llamar al veterinario local para provocar una cesárea que por suerte son pocas.
El pre y post parto
Una alimentación adecuada en el preparto asegura un rápido retorno al celo y una alimentación buena en el postparto asegura una buena fertilidad de dicho celo.
Por ello no haremos mucho hincapié en esto de “alivianar” las vaquillonas antes de parir, algo que en la práctica ya sucede porque los meses de junio/julio no son nada confortables en la zona Ayacucho/Tandil.
Pero una de las claves del éxito del entore de 15 meses es el retorno de las madres a su ciclo reproductivo normal; es por ello que en nuestro caso, la vaquillona parida se saca del lote e ingresa rápidamente a alimentarse con los mejores verdeos de ese momento. Fines de agosto y septiembre se convierten entonces en los meses claves del negocio.
Los resultados
Los resultados de los últimos 5 años arrojan lo siguiente:
- Preñez: en esa categoría se lograron 95,6%
- De las vaquillonas preñadas se lograron 90,1% de ellas pariendo.
- A ese 4% de muerte de procreos se le suma un 6% de muerte de madres.
- De las vaquillonas paridas, el 82% fue sin asistencia al parto.
- Y de ese 18% de asistidas, 12% fueron a cesarea y el 8% no hubo necesidad.
La crianza de los procreos
Nos detendremos solamente a refrescar el concepto de que animales jóvenes tendrán menor capacidad de lactancia que cualquier vaca adulta: por ello es recomendable el uso de creep- feeding en los terneros nuevos sobre todo en los meses de enero y febrero siguientes.
La limitante
De nuestra parte creemos que uno de los temas centrales para el desarrollo frecuente de ésta práctica no está resuelto aún: los nacimientos sin asistencia al parto y de bajo pesos por supuesto dependen del padre seleccionado…y también de la madre!, se ve claramente que madres con buenos pesos al momento de entore no necesariamente gestarán terneros chicos al nacer por más que los padres provengan de una muy buena selección.
La práctica del entore de 15 meses, para ser exitosa, debe ser tomada de manera integral y tratando de ajustar las etapas de manera correcta en cada momento, desde el destete de la futura madre hasta el 2° servicio; nunca se debe buscar simplificar un proceso que es complejo pero por supuesto posible de lograr.