Juan Percowicz, Marcela Sorkin y Federico David Sisrro, el principal jefe y dos de los principales cómplices de la la secta llamada Escuela de Yoga Buenos Aires, se negaron este lunes a declarar ante el juez Ariel Lijo acerca de la acusaciones en su contra por trata de personas, lavado de dinero, y ejercicio ilegal de la medicina. Sin embargo, trascendieron conversaciones telefónicas que son parte de la causa.
La charla entre Percowicz y Sorkin -alias “La Leona”-, por un lado; y entre Sisrro y Sorkin, por otro, demuestran la manipulación que llevaban adelante para despojar a sus fieles de sus bienes. Cabe mencionar que la mujer y Sisrro fueron capturados en el aeropuerto de Ezeiza, mientras intentaban fugarse a Estados Unidos con 6700 dólares y 300 blisters de pastillas. Ellos serían quienes encabezaban BA Group, la escuela de coaching ontológico que servía como mecanismo de captación para la Escuela.
Percowicz, de 84 años, fue llevado en silla de ruedas a los tribunales de Comodoro Py. Lo arrestaron en el country Santa Clara de Tigre con una camioneta Ford Bronco 1000 dólares, casi un millón de pesos y 30 medallas de plata. Junto a él fue arrestada la abogada Susana Barneix, quien está acusada de ser parte del “estudio jurídico contable” de la secta. Según dice la causa, la letrada y otro cómplice confeccionaban a voluntad los testamentos de las víctimas de la organización con el apoyo de una escribanía.
Certificados de defunciones a medida
Los audios que se dieron a conocer en las últimas horas están relacionados con ese particular. Sisrro y Sorkin hablan de Liliana, una discípula de la secta, fallecida poco antes. La mujer había sido promovida a uno de los máximos niveles de la organización: el grado 6, el nivel de apóstol, solo debajo del maestro mismo. Para ser apóstol, había que pagar, con dinero o propiedades, en vida y más allá de la muerte.
“Le tiró la bronca, pero nada grave. Él mismo preguntó: ‘¿Y el certificado cuándo va a estar?’ El tipo se fijo y dijo que todavía no está. Le dije: ‘Listo, Guille, me encargo yo’”, dijo Sisrro. A lo que Sorkin respondió: “Bueno, ellos también lo van a necesitar”.
“Es probable que lo necesiten por la sucesión”, comenta Sisrro y “La Leona” asiente. “El certificado lo voy a buscar yo. Es una cosa que encargamos nosotros, y de última la abogada pidió porque lo necesitaba”, trama el hombre. Por su lado, “La Leona” le ayuda: “Y vos no dudaste que lo que teníamos que dar”.
“Ellos no preguntaron nada de los autos”, sigue Sissro. Y agrega: “Así que no le dije nada de un testamento, ni de abogados”. Al respecto, la orden de la mujer es simple y categórica: “De los autos no se habla más”.
Qué eran los “sobres”
En otro de los audios, Sorkin y Percowicz hablan de otra “alumna”, “La Alemana”, que vive en Estados Unidos, a juzgar por los dichos, con una importante herencia. En este caso se menciona los “sobres”: eufemismo de la Escuela de Yoga para referirse al aporte de dinero de las víctimas, ya sea para subir de nivel o mantenerse en la estructura.
“¿Viste que yo te dije que ‘La Alemana’ estaba amenazando con el tema de su ‘sobre’?”, comienza “La Leona”. Y sigue: “Pasó de diez mil a mil (dólares). Y aparte de eso, ahora me dijo que tiene que ver a Buenos Aires, a Neuquén, para ver a su familia biológica. No está nada bien esa chica, Juan. Por eso decía que tengamos cuidado. Esa chica decía que se quería comprar un departamento en Estados Unidos. Ella se quiere gastar toda la plata que heredó de este muchacho del polo. Está tan autodestructiva Juan, tan autodestructiva... Está muy mal. Fijate lo que hizo con el sobre”, se lamenta Sorkin.
“Aparte, cuando me llamó por el tema este, no me preguntó: decidió que viene a la Argentina para encontrarse con su familia biológica, para el tema del cumpleaños de su mamá y su papá. Una cosa, papi, muy fea, ¿viste?”, dice la mujer, dando a entender que los alumnos debían “actuar con su permiso”.
La causa continúa bajo el control del secretario y la fiscal Alejandra Mangano de la PROTEX, con la división Trata de Personas que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA, en colaboración directa con el Bureau of Diplomatic Security del State Department estadounidense, en su enlace con la embajada local.
Este martes, el juez Lijo deberá resolver los pedidos de excarcelación de la defensa de los 19 imputados. Se esperan también medidas contra sus patrimonios dictadas desde Comodoro Py, aseguran fuentes con acceso al expediente.
La colaboración estadounidense tiene que ver con la venta de un insólito tratamiento contra la adicción a las drogas que proponía la secta. La “clínica” se habría utilizado fundamentalmente con estadounidenses, que concurrían con el propósito de recibir “tratamientos” por situaciones de consumo problemático de estupefacientes, entre otros padecimientos. También fueron víctimas de las “cura de sueño” y otras prácticas que vulneraban sus derechos humanos. La difusión de estos “tratamientos” es llevada a cabo por las filiales que la EYBA posee en los Estados Unidos.