El ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Marcelo D’Alessandro, se refirió a los chats privados que se filtraron de él con el vocero de la Corte Suprema de Justicia, Silvio Robles; con Horacio Rosatti; con la exsubsecretaria de la Agencia federal de Inteligencia (AFI), Silvia Majdalani y con el titular de una empresa de acarreo.
En diálogo con TN, el ministro aseveró que “son falsos”, y luego acusó al kirchnerismo de haber plantado la noticia: “No tienen límites. Revisaron las redes sociales de mi familia, incluso la de menores. Voy a ir hasta las últimas consecuencias”, comentó.
Por estos motivos, D’Alessandro presentó una denuncia penal contra el diputado oficialista, Rodolfo Taihade, para luego afirmar que los chats “vienen del espionaje, son operaciones de inteligencia”.
Así, acusó a Taihade: “¿Cómo un diputado puede hacerse de los chats que vienen del espionaje? Va a tener que dar explicaciones ante la Justicia”.
“Es algo gravísimo, estamos frente a personas que son capaces de utilizar los servicios de inteligencia del Estado para cuidar y tapar a la jefa (por Cristina Kirchner), a la que la Justicia condenó”, lanzó el funcionario.
A posteriori, defendió su gestión: “Nunca tuve una denuncia en mis años de trabajo hasta que la condenaron a Cristina Kirchner y la Corte falló a favor de la Ciudad por los fondos de coparticipación”.
“Para saber cuándo van a salir los próximos chats hay que saber cuándo saldrán las próximas condenas del kirchnerismo. Son muy berretas”, lanzó.
Según D’Alessandro, las conversaciones nunca se dieron
Sobre la supuesta conversación que habría tenido el ministro con el titular de una compañía de acarreo, Marcelo Violante, D’Alessandro expresó: “El supuesto empresario no tuvo ni tiene contrato con el Ministerio de Seguridad porteño”.
“No les alcanzó y tuvieron que inventar un supuesto chat de licitaciones de chalecos. Y no tenemos licitaciones de chalecos. Nosotros hicimos un convenio con Fabricaciones Militares, que depende del Ministerio de Defensa de la Nación”, subrayó el funcionario, e insistió: “Esos chats son falsos. Fueron armados”.
Para cerrar, según D’Alessandro, “este plan delictivo está dirigido a instalar en la opinión pública dudas sobre el regular funcionamiento y legitimidad de las instituciones que resultan ser el pilar fundamental sobre el que reposa todo el sistema republicano y democrático de gobierno”.