El Sanatorio Otamendi informó que el paciente fallecido con coronavirus tratado en ese centro con dióxido de cloro por orden judicial “no presentó ninguna mejora clínica en las horas subsiguientes”, que el tratamiento “fue llevado a cabo por el médico tratante” y que éste no forma parte de sus equipos profesionales.
A través de un comunicado, la institución médica sentó su posición ante el deceso de un paciente internado en sus instalaciones, de 92 años, y que debido a una medida cautelar dictada por el juez federal Javier Pico Terrero, se les ordenó “garantizar la implementación de los tratamientos prescriptos por un médico allegado a la familia del mismo”, que consistían en la “aplicación de ibuprofeno de sodio inhalatorio y el suministro de CDS (dióxido de cloro) por vía endovenosa”.
En un comunicado, el sanatorio también señaló que dicho tratamiento correspondía a “una sustancia no aprobada por Anmat ni aceptada como tratamiento por ninguna organización científica seria de todo el mundo”.
Y agregó: “La decisión judicial consignaba que dichas aplicaciones debían ser realizadas por el médico prescriptor, quien no forma parte de los equipos médicos de nuestra institución, y bajo su exclusiva responsabilidad. Por la misma decisión, la provisión de los mencionados compuestos quedó a cargo de la familia del paciente, toda vez que la comercialización de los mencionados productos no se encuentra autorizada para uso medicinal”.
Dada la situación, el sanatorio “acató inmediatamente la orden judicial, sin perjuicio de haber interpuesto los recursos legales correspondientes por tratarse de compuestos cuya utilización en pacientes Covid positivos fue enfáticamente desaconsejada por la Organización Panamericana de la Salud, la ANMAT, la Sociedad Argentina de Infectología, y tantas otras instituciones y asociaciones científicas a nivel local e internacional”.
“La administración de los compuestos mencionados fue llevada a cabo únicamente por el médico tratante, cuya especialidad no está relacionada con la materia. Tal cual se consigna en todos los seguimientos realizados, el paciente no presentó ninguna mejora clínica en las horas subsiguientes. Su estado general se agravó en la mañana del día 11 de enero, procediéndose a su traslado al área de terapia intensiva, donde falleció horas más tarde”.
Por último, la dirección médica del sanatorio agradeció “las incontables muestras de apoyo de sociedades médicas y científicas, como también las de distintas agrupaciones médicas frente a dichos que atentan maliciosamente contra el buen nombre y el prestigio académico acreditados a lo largo de más de 90 años”.