Durante la primera ola, el virus apareció primero en los barrios del norte y el centro de la Ciudad, y luego se concentró en mayor medida en Retiro y Flores, en buena parte por los brotes en las villas 31 y 1-11-14. A partir de junio, la transmisión empezó a condensarse en el sur porteño y, ya en septiembre, volvió a enfocarse en el centro geográfico de la Ciudad, justamente el área más densamente poblada.
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Ahora, ante esta nueva ola, en cuestión de semanas, los contagios se propagagaron por toda la Ciudad. ”Hoy no hay fuertes manchones de contagios sino una cantidad alta de casos pero distribuida. El manchón que se había formado con el pico de diciembre y enero se fue distribuyendo por los barrios y hubo una suerte de homogeneización”, señaló Gabriel Battistella, subsecretario de Atención Primaria, Ambulatoria y Comunitaria del Ministerio de Salud de la Ciudad.
Parece una réplica a toda velocidad de lo que fue la primera ola: en la actual se ve cómo los barrios del norte fueron los primeros en aumentar casos, seguidos por los del sur. La incidencia se enfocó luego en torno al centro geográfico de la Ciudad, para después uniformarse.
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En estos días, los barrios que sumaron más contagios fueron La Boca, San Nicolás, Puerto Madero y Villa Riachuelo, que superaron los 100 nuevos casos diarios cada 100.000 habitantes según la media móvil de los últimos siete días. En el extremo opuesto están Retiro, Agronomía, Belgrano y Saavedra, con menos de 70 positivos nuevos por día. Los datos, provistos por el Ministerio de Salud de la Ciudad y muestran que, excepto La Boca y San Nicolás a la cabeza, los barrios porteños no difieren sustancialmente el uno del otro en lo que a nuevos casos por cantidad de habitantes se refiere.
Sin embargo, en esta segunda ola no hubo picos de casos en villas y geriátricos como en la primera. De hecho, en las villas los casos aumentan a un ritmo menor que en el resto de la Ciudad, según datos oficiales. “No es que hay menos testeos sino que evidentemente el 42% de seroprevalencia es un factor importante, porque es la protección que genera la enfermedad”, señala Battistella. Se refiere al porcentaje de vecinos de villas que ya estaba inmunizado a fin de año, al tiempo que en barrios formales, como Palermo o Recoleta, la inmunización no llegaba al 3%. El dato surge del relevamiento elaborado por el Ministerio de Salud porteño y la Dirección de Estadísticas y Censos.
Esto daría cuenta de la pequeña baja actual del R Cero, el nivel de contagiosidad del virus, que según la cartera sanitaria porteña hoy es de 1,02. Es que el R Cero se refiere a cómo sube la curva que de su altura. Es así como puede haber una meseta, aunque todavía alta.
En los últimos días, la cantidad de contagios diarios tuvo valores parecidos, en lugar de seguir creciendo como ocurrió en las últimas semanas, según informa diario “Clarín”. ”Si se mira de forma optimista, puede ser un esbozo hacia una pequeña baja con alto número de casos. Si esto llegara a ocurrir y empiezan a bajar los contagios, no nos salvamos de una tercera ola, aunque sería con más población vacunada. Igual, todavía falta saber qué pasará cuando refresque”, concluyó Battistella.