El hombre de 70 años que fue asaltado en su inmobiliaria por dos policías dialogó con Clarín y contó cómo vivió el trágico momento. "Ya estoy jugado, si me querés matar, matame", les dijo a los ladrones Etelberto Ruiz mientras lo reducían para robarle.
Cuando el primero de los ladrones, haciéndose pasar por un cliente, entró a su local de Moreno, Ruiz pensó atenderlo rápido para luego cortar para almorzar. Pero a los pocos segundos entró un segundo hombre, simulando ser un repartidor de pizzas. Los dos eran policías, y estaban ahí buscando la caja fuerte.
Para eso tenían una maza y una amoladora, y a Ruiz lo redujeron atándolo con precintos para tener el tiempo suficiente para hacer el "trabajo". "Entre romper las paredes para sacar la caja demoraron bastante, como una hora y media", contó Etelberto a Clarín.
Sobre el momento en que finalmente llegó la Policía, dijo: "Cuando la Policía llegó, primero golpeó despacito. 'Hacelos pasar, si son clientes los tenemos acá adentro', se dijeron entre ellos. Después los policías golpearon más fuerte y ahí se entregaron. Muy pacíficos levantaron las manos y se entregaron. Me sorprendió que eligieran esta zona para cometer un asalto".
Los policías/ladrones, que golpearon al hombre de 70 años en la cabeza, en las costillas y lo lastimaron en las manos, son Guillermo Ariel Zacaríaz (42) y Julio Ricardo Vázquez (36). El primero era policía Federal desde hacía poco más de cinco años.
Vázquez había ingresado a la Federal en 2002, a sus 20 años. Llevaba un año bajo restricciones médicas y estaba con carpeta psiquiátrica desde mayo de 2018. Ambos fueron separados de sus cargos.
Fue un vecino el que salvó a Ruiz: escuchó los gritos y llamó al 911. La policía llegó a tiempo y detuvo a los dos delincuentes, que quedaron detenidos acusados de "robo agravado por el uso de arma de fuego y por pertenecer a una fuerza de seguridad".
"Ayer me preguntaron si fue una entrega o no. Yo les dí nombres de los que trabajaron acá. El mal momento lo pasé. Estoy medio shockeado. Tengo algunos dolores en el cuerpo, en las costillas. Mis dos hijas hace rato que me vienen diciendo que deje la inmobiliaria. Es que yo me tengo que jubilar, ya tengo 70. No me jubilo por el trabajo. Me levanto a las 5 y acá cierro a las 20", reflexionó Ruiz.