Un grupo de mantero se encadenó en Plaza Miserere para exigirle a las autoridades que los dejen trabajar en la zona. En su mayoría, son vendedores extranjeros con sus hijos que se encuentran en una situación irregular y pueden acceder al censo del Gobierno porteño.
"Este arreglo no se entiende, porque dijeron que tenían que censar a la gente que iba a trabajar, pero no dijeron cómo van a censarse", agregó uno de los vendedores instalado en la plaza rodeando por un fuerte operativo policial.
El miércoles, el Gobierno porteño llegó a un entendimiento con un sector para reubicarlos en otro lugar y expandir su actividad dentro del marco de la ley. Además harán un proceso de capacitación de 60 días, de cuatro horas diarias, en programas de reinserción laboral.
"CAME ofreció un mínimo salario para aquellos que tengan la vocación de no operar bajo la ilegalidad", informó el ministro de Modernización, Innovación y Tecnología de la ciudad, Andy Freire. La confederación aportaría subsidios mensuales de $ 11.700 para quienes estén en condiciones de cumplir los requisitos solicitados.
Para poder acceder al programa, los manteros deberán realizar un censo, estar inscriptos en el Monotributo Social y tener una caja de ahorro abierta, donde recibirán el dinero abonado por CAME.