El fiscal Ferrario reveló cómo se produjo el secuestro y asesinato de Candela Sol Rodríguez

La sospecha es que se trató de una venganza contra el padre de la niña.

El fiscal Ferrario reveló cómo se produjo el secuestro y asesinato de Candela Sol Rodríguez
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Héctor "El Topo" Moreyra, uno de los principales acusados del secuestro y homicidio de Candela Sol Rodríguez, se negó a declarar este lunes ante el fiscal de Morón Mario Ferrario. El fiscal sospecha que el crimen se trató de una venganza narco contra el padre de la víctma, "Juancho" Rodríguez", y detalló como este se produjo.

"En horas de la tarde, aproximadamente a las 15:30 del día 22 de agosto del año 2011, encontrándose Candela Sol Rodríguez, por entonces de 11 años de edad, en la esquina de su domicilio -Caseros y Bustamante de Villa Tesei, partido de Hurlingham- fue abordada violentamente por tres sujetos", arranca el relato del fiscal, según publica Clarín.

"La ingresaron contra su voluntad a una camioneta marca Ford, modelo Ecosport, color negra, con la patente trasera cubierta cuyo dominio posterior pudo determinarse, el que resultó ser FLA 198, que para ese entonces se encontraba registrada a nombre de Alicia del Carmen Cádiz, concubina del teniente primero de la Policía de la Provincia de Buenos Aires Sergio Fabián Chazarreta y sobrina de Héctor Moreyra", prosigue.

Según la teoría del fiscal, en la camioneta los secuestradores y la víctima (quien no se resistió porque conocía al "Topo") llegaron hasta "la zona de cobertura de la antena La Finita, partido de San Martín, zona dentro de la cual se encontraba el domicilio del nombrado Héctor Moreyra, más precisamente a escasos 400 metros de dicha antena", dijo Ferrario.

Entonces Fabián Gabriel Gómez, condenado a cuatro años de prisión en el juicio que se llevo a cabo el año pasado, "se apersonó a la finca ubicada en la calle Kiernan 992, de Villa Tesei, a fin de constatar si este domicilio resultaba apto para ocultar a la menor. Fue así que finalmente se trasladó a Candela Sol Rodríguez a este último domicilio, en tránsito, en la madrugada del día 29 de agosto de 2011, habiendo habilitado el ingreso a dicha vivienda Néstor Ramón Altamirano, quien frecuentaba dicha morada y vivía a la vuelta de la misma".

Altamirano, quien no fue a juicio en 2017 y ahora será indagado, vivía "al lado del inmueble de la calle Charrúa 1069 de Villa Tesei que era frecuentado por Hugo Elbio Bermúdez (condenado a perpetua en el caso), quien en un lugar hasta el momento no determinado, pero entre las 20:30 del día 29 y 8:30 del día siguiente dio muerte a la menor".

"El fatídico final había sido anunciado por Leonardo Daniel Jara (también condenado ya a perpetua en el primer juicio) desde un teléfono público a las 22,41 del día 29 de agosto", cierra la descripción de la secuencia de hechos.

Candela Sol Rodríguez
Candela Sol Rodríguez

Ferrario planteó también que la niña fue secuestrada como una manera del narco Miguel Ángel "Mameluco" Villalba de vengarse de "Juancho" Rodríguez quien él creía que había cobrado dinero de la Policía Federal para entregarlo.

"La organización criminal actuaba con una clara distribución de roles, encabezada por Miguel Ángel Villalba y cuyo objetivo, entre otros, fue obtener el dinero que erróneamente sus autores pensaban que había recibido el padre de la menor para haber entregado al nombrado Villalba a las autoridades policiales, actividad ésta efectivamente realizada por Héctor Moreyra, quien informaba a distintas agencias de seguridad todo lo relacionado con el narcotráfico de San Martín", explicó el fiscal.

Villalba había sido detenido 12 días antes de la desaparición de Candela, y los testimonios de la causa indican que lo entregó Moreyra. Según la fiscalía, este intentó alejar las sospechas sobre él, apuntándole al papá de Candela, por entonces preso por piratería del asfalto.

"Moreyra tuvo activa participación en el desarrollo de los hechos investigados, ya sea en la captación de la menor desde el conocimiento que éste tenía de la misma; su cautiverio en la zona de San Martín, donde vivía, llevaba a cabo sus actividades delictuales y mantenía relaciones promiscuas con las fuerzas de seguridad, las cuales le garantizaban impunidad y le permitían tener conocimiento del curso de la investigación", concluye Ferrario.