Tristeza es la palabra que define todos los comentarios de músicos que voy leyendo en las redes sociales. Tom Petty ha muerto de un infarto. Así. Sin avisar. Como suelen hacer los que se mueren.
Su historia tiene muchos puntos en común con la de todos los músicos. Una noche epifánica, mirando televisión con su familia se sorprende con la actuación de un grupo musical en el programa de Ed Sullivan. Ese grupo eran Los Beatles.
A partir de ahí, tuvo sólo una certeza. Formar una banda musical. Su pasión por la música lo llevó a pasar horas escuchando la radio y soñando con su propia guitarra eléctrica, un sueño compartido con miles de jóvenes de su generación. Un buen día, su padre le terminó regalando una guitarra, aunque la diferencia entre Petty y el resto de nosotros radica en las canciones que hizo con esa guitarra.
Tom Petty, como así también Elvis Costello, solían ser mencionados por mis amigos melómanos en los años ochenta. Mis amigos hablaban de ellos y sus nombres resonaban en mi cabeza, aunque poco sabía de ellos. Eran cantautores. Eran épocas pre-internet y nosotros sólo podíamos acceder a los grandes músicos por medio de las pocas revistas de música (Pelo, Expreso Imaginario) o si algún amigo generoso te prestaba un disco. Por aquellos años los grandes nombres como McCartney, Lennon, Clapton, Jagger o Bowie ocupaban todas las revistas, y poco sabíamos de Tom Petty.
Los Heartbrakers fueron su gran banda de toda la vida, aquella con la que grabó tantos discos y con la cual fue convocado por Bob Dylan para toda su gira en 1986.
La sorpresiva superbanda The Traveling Willburys conformada por George Harrison, Bob Dylan, Roy Orbison, Jeff Lynne y Tom Petty comenzó como una travesura musical. Se juntaron en el estudio para grabar una canción que completara el lado B de un simple de George Harrison. La palabra “Willburys” es una invención que surgió espontáneamente en las grabaciones entre Harrison y Jeff Lynne, donde cada vez que surgía algún error mientras grababan, se decían “We’ll bury ‘em in the mix”, que sería algo así como “en la mezcla lo eliminamos”. De ahí que cada vez que aparecía algún error decían entre ellos “Willbury” y reían.
Aquel encuentro informal en el estudio de Bob Dylan, en California, fue el comienzo de un disco entero y que se llamó simplemente “Volumen 1” (tiempo después saldría otro llamado “Volumen 2”). La canción “Handle with Care” (“Agárrese con cuidado”, en relación a la leyenda de las calcomanías que pegaban en los estuches de los instrumentos al ser despachados en los aviones) fue el gran hit del disco, seguido por otras muy buenas canciones como “Last Night”, cantada por Tom Petty quien, además, es el gracioso protagonista del video en el que luce caracterizado de varios personajes.
Los Travelling Willburys arrasaron con todos los rankings musicales y fue un gran fenómeno de ventas, aunque la alegría fue interrumpida por la muerte de Roy Orbison a solo dos meses de editado el disco. Tiempo después Petty se volvió a juntar con los Heartbrakers, con los que siguió trabajando hasta estos días. Actualmente estaban concluyendo una gran gira celebratoria de los 40 años de la banda. Nos quedan discos fundamentales como su debutante "Tom Petty and the Heartbrakers", el exitoso "Hard Promises", "Echo", los dos discos de los Willburys, como así también un muy buen documental llamado "Runnin Down a Dream", filmado en el 30° aniversario de la banda.