La mitad de los porteños y bonaerenses mantienen igual frecuencia en sus prácticas sexuales mientras que solo el 10% las aumentó y la gran mayoría no dejará de dar besos ni compartir mate después del aislamiento, según un sondeo del Instituto Gino Germani sobre cambios en los usos y valoraciones de los espacios públicos y privados durante el aislamiento social obligatorio.
El 50,5% de los 2.878 encuestados (73% mujeres, 26% varones y un 1% se identificó con otro género o prefirió no responder), aseguró no haber modificado la frecuencia de sus prácticas sexuales durante el aislamiento por la Covid-19, mientras que para el 40% decayó y un 10% incrementó sus prácticas sexuales.
El objetivo del estudio, a cargo de investigadores del Conicet, Juliana Marcús y Martín Boy, es el referido bajo el título del trabajo de investigación: "Cambios en los usos y valoraciones de los espacios públicos y privados en la Región Metropolitana de Buenos Aires: la vida cotidiana en tiempos de aislamiento obligatorio por Covid-19".
A través de una encuesta online, realizada entre el miércoles 8 de abril pasado y el martes 21 de ese mismo mes (tercera y cuarta semana del aislamiento), se entrevistó a un 57,9% personas que viven el aislamiento en la Ciudad de Buenos Aires y el 42,1% en alguno de los partidos del Gran Buenos Aires.
Los sociólogos que integran el desarrollo del estudio son Joaquín Benitez, Martina Berardo, Agustina Márquez y Diego Vazquez. También participaron María Agustina Peralta y Magdalena Felice, ambas como becarias que trabajan en el Grupo de Estudios Culturales y Urbanos (GECU) del Instituto Gino Germani.
Desde el contexto de aislamiento, se les solicitó a los encuestados que refieran cuáles son las prácticas que podrían incorporar a su vida cotidiana y cuáles no están dispuestos a modificar.
Con un 82,9% de consenso, el lavado frecuente de manos contó con un alto consenso para ser incorporado como práctica cotidiana, casi como estornudar o toser en el pliegue del codo, un hábito que un 79% lo incorporaría.
Luego, el 53,8% de los encuestados manifestó que evitaría la asistencia a espacios con aglomeraciones y el 52,7% incorporaría el uso de alcohol en gel una vez terminado el aislamiento.
Finalmente, los encuestados se mostraron reticentes a cambiar prácticas culturales que implican un riesgo de contagio: el 72,5% dijo que no dejaría de saludar con un beso o con la mano a otra persona, el 70,4% sostuvo que no dejaría de compartir el mate y el 70,2% no está dispuesta a mantener el distanciamiento social de un metro y medio.
Las personas encuestadas también demostraron una baja predisposición a cambiar hábitos vinculados al uso de la ciudad luego del período de aislamiento obligatorio: el 90,8% dijo que no regularía su tiempo de permanencia en espacios públicos tales como la calle, las plazas y parques.
Respecto a datos del muestreo, se informó que 10% de los encuestados viven su aislamiento en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, el 64% en el centro y el 25,4% en el norte porteño, mientras que los bonaerenses que participaron, un 34,7% reside en el sur, un 22,6% en el oeste y un 42,7% en el norte.