Joaquín Arbe nació en Esquel, provincia de Chubut, tiene 29 años y comenzó a correr a los 12 con un grupo de amigos.
Si bien durante años practicó fútbol y futsal, a la par que competía en las carreras, en 2007 se volcó definitivamente por el atletismo: "Me convenía, yo soy muy competitivo en ese sentido, y no quería depender de nadie más", afirmó en una entrevista con TN.
Sin embargo, en su momento, estuvo a punto de ser futbolista. Lo habían convocado para realizar una prueba en Argentinos Juniors, pero la nevada más fuerte que hubo en la historia de Esquel cortó las rutas: "Fue una frustración, sino capaz estaría jugando al fútbol ahora", recuerda.
De todas maneras, en el atletismo no le fue nada mal: ganó siete medallas de oro entre categoría menores y juveniles y fue al sudamericano. "En los 21k, más allá de que salió una buena marca y me sentí muy cómodo, iba pendiente de los puestos, yo sabía que para el primer argentino había un dinero, la marca que me auspicia también me iba a dar fijo si era el primero, así que iba pendiente de eso", cuenta.
"Mi objetivo era salir primero entre los argentinos para poder agarrar de esa plata, y ya que por lo menos sea positivo lo de venir a Cachi y esa preparación que tuvimos que invertir dinero. Fue una carrera inesperada, había un buen pelotón y eso creo que ayudó a que no me quede solo nunca", cuenta Arbe que es padre de un nene de doce y una nena de ocho y está a la espera de su tercer hijo.
Más allá de los premios, Arbe ve el atletismo como un trabajo y no le preocupa demasiado cuántas medallas o récords pueda conseguir: "Nadie genera dinero llegando a la gloria. A mi quedar en el ranking histórico no me genera plata, así que no me interesa estar en el histórico, me interesa correr carreras que me generen plata", aseguró Arbe que clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.