Un viaje de egresados para una escuela de González Chaves paso del sueño y la alegría a las más terrible pesadilla, con la muerte de Julieta Uriarte. Por el caso, están imputados Rodrigo Andrada y Marisa Figueredo, médicos que no supieron diagnosticar correctamente a la joven.
Según contó Río Negro, todo comenzó el 4 de octubre de 2015, cuando la chica de 17 años no se sentía bien y debió concurrir al primero de los doctores. Andrada resolvió que tenía una contractura cervical y le indicó un antiinflamatorio. Cuando al día siguiente su temperatura llegó a 39, le ordenó medicarse con paracetamol.
La mañana posterior, no podía siquiera moverse de su cama. Allí fue donde intervino Figueredo, que aún con el cuadro que padecía decidió no derivarla a un centro de salud. Esa misma tarde, la egresada falleció por un cuadro de meningitis.
Al comienzo de la causa, se había solicitado la carga de un ''dolo eventual'', mas fue desacreditado ya que la defensa explicó que eso era ''voluntad de matar, y nada mas lejos de la realidad''.
El abogado de la querella, Rodolfo Rodrigo, aceptó entonces que la causa sea por ''homicidio culposo'' aunque aseveró que solicitarán cinco años de prisión.
El otro dato a destacar del caso es la cantidad de testigos, 24. Empleados policiales, personal del Gabinete de Criminalística, el médico policial, testigos del momento y las tres compañeras de habitación de Uriarte componen el número. Además, si bien estas ya habían declarado en tiempo y forma mediante la Cámara Gesell, pueden declarar al ser ahora mayores de edad.