Bien se sabe que el manejo de la diplomacia no está siendo ni positivo ni fructífero en Argentina. Y preocupa tanto el balance claramente negativo que arrojó lo realizado en 2020 como lo que debe afrontar nuestro país en política exterior desde una perspectiva de futuro inmediato.
Al respecto, Vía País consultó a dos altas fuentes de Cancillería, una de ellas retirada y la otra en actividad.
“Si uno tiene que hacer un balance de lo realizado en 2020, el resultado es evidentemente negativo”, asegura una de las fuentes. Y detalla: “Se puede hablar, antes que nada, de algunos errores graves. El primero, la tensión generada con Brasil por un decreto del presidente Jair Bolsonaro, que habilita la compra de trigo extra-Mercosur sin arancel; una decisión que perjudica directamente los intereses de Argentina, que es el mayor proveedor de trigo del Brasil”.
“Por otro lado, hicimos acercamientos con México, y este país terminó votando en contra del candidato argentino Gustavo Béliz para la presidencia del BID (Banco Interamericano de Desarrollo). En un marco de pésimas negociaciones, fue elegido Mauricio Claver-Carone, el candidato estadounidense”.
“Quedamos solos en la OEA (Organización de Estados Americanos) cuando Brasil, Colombia y Estados Unidos presentaron una moción por los derechos humanos en Venezuela. La iniciativa fue aprobaba por 21 países y la Argentina se abstuvo”.
Por otro lado, la misma fuente se refirió al posible nuevo representante argentino en la República Popular China, Sabino Vaca Narvaja, quien reemplazaría a Luis María Kreckler, notable embajador de carrera, que fue recientemente destituido, a solo seis meses de su nombramiento, lo que generó un escándalo en el ambiente diplomático.
“Para que pueda ser embajador, antes el gobierno chino tiene que aceptarle el plácet de estilo (la declaración que hace el Estado receptor, solicitado para ello por el Estado acreditante, de que no tiene nada que objetar a la persona que este sugiere nombrar como Jefe de Misión ante aquel). Posteriormente, debe contar con los votos suficientes en el Senado de la Nación para ser aprobado como embajador. Todo un trámite; y desde ya, se espera que el apoyo no sea unánime”.
Y advirtió: “Trascendieron los sólidos vínculos que el candidato cuenta con el Partido Comunista Chino, y el hecho de que fue el gestor y negociador de la fracasada gestión por el acuerdo de las inversiones porcinas chinas en nuestro país. Especialistas ya hablan de que se avecinan tiempos difíciles en nuestra relación con China”.
La Argentina y una tarea pendiente en política exterior
La otra fuente consultada por Vía País se refirió también al mal manejo de la política exterior e hizo un llamado de atención indicando que ésta debe ser fundamentalmente una política de Estado. “La política exterior de una nación no puede estar de ninguna manera orientada por la ideología de una fracción. Debe ser una política de Estado, producto del consenso de las distintas fuerzas políticas para resguardar y fortalecer los intereses nacionales. Así, ocurre con los países más avanzados del mundo”.
Sobre el manejo actual de la Cancillería, comentó: “El ministro Felipe Solá no ha mostrado un manejo idóneo de la dinámica de la política exterior. No habla idiomas. Su mesa chica son Guillermo Chávez y Martín Granovsky. Su cuñado, Guillermo Chávez, maneja el Palacio San Martín autoritariamente; allí, el maltrato a diplomáticos de carrera es moneda corriente. Despidió sin motivos al Director Nacional de Ceremonial. Ordenó masivos traslados de funcionarios diplomáticos en el medio de esta terrible pandemia”.
Y detalló: “Estos traslados masivos no contemplaron embarazos, enfermedades, la escolaridad de los hijos de los funcionarios, ni ningún otro argumento razonable que se presentó desde la Asociación Profesional del Servicio Exterior de la Nación (APSEN)”.
Por último, mencionó: “Además, se ordenó el regreso de los embajadores argentinos en Singapur, Bélgica, Qatar, Italia y Bulgaria, entre otros”.