Ya son 35 los cuerpos de la causa que investiga la muerte de Diego Armando Maradona. En este caso, se suma la declaración del director médico de la Clínica de Olivos, Pablo Dimitroff, y según la junta médica, habría sido “abandonado a su suerte”.
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Esto último complica aún más la situación judicial de Leopoldo Luque, Agustina Cosachov y a otras cinco personas, que están procesados por homicidio con dolo eventual.
La declaración de Dimitroff se enmarca dentro del dictamen de la junta médica que se refirió al “abandono a su suerte” de Maradona. Cabe recordar que el exfutbolista había sido operado en la Clínica de Olivos por un hematoma subdural y había estado internado allí antes de ser trasladado a la casa de Tigre.
¿Quién es Pablo Dimitroff?
Es empleado de Swiss Medical desde el año 1997 y a su vez, responsable de la Clínica Olivos desde 2008. Tras sus declaraciones, complicó aún más la situación judicial del neurólogo y a la psiquiatra.
Su testimonio señaló que “La indicación quirúrgica de un hematoma subdural está basada primero en que exista, segundo en el tamaño y tercero en cuáles son las manifestaciones que ese hematoma pueda darle al paciente. Nosotros estábamos viendo la imagen, no sabíamos desde cuando la tenía, y lo que sí nos decía su médico de cabecera era que tenía la imagen y que lo que tenía era un deterioro clínico en los últimos días. La suma de una cosa más la otra nos hacía plantear que la indicación quirúrgica era adecuada”.
Además agregó: “Si al paciente había que operarlo esa misma noche eso podría haberse discutido, el problema era que era muy difícil hacer que el paciente aceptara estar internado y hacerse tratamientos médicos, y el médico planteaba que era un riesgo en estas condiciones que vuelva al domicilio. Acordamos que lo íbamos a operar”.
Lo que se conoció tras la cirugía es que Maradona evolucionó de forma correcta y también el sistema de monitoreo permanente evidenciaba que los signos respiratorios y cardiovasculares eran positivos.
Sin embargo, Dimitroff advirtió en su testimonio que “estábamos con un paciente renuente a aceptar las indicaciones médicas”. Y que apenas pudo ser consciente de su situación “dijo que quería irse”.
Además, detalló que “tuvo algunos momentos de excitación psicomotriz que hubo que manejar con alguna medicación al igual que, para evitar que se saque el sistema venoso que tenía, hubo que sujetarle las manos”.
Todos estos descargos los realizó el director médico de la Clínica de Olivos, y comprometen severamente a Leopoldo Luque, como el médico de cabecera de Maradona en sus últimos días de vida.