El papa Francisco decretó este lunes que las mujeres pueden acceder a los ministerios del “lectorado” y el “acolitado”, que hasta el momento eran reservados para los hombres. Se trata de un giro histórico a la doctrina de la Iglesia al eliminar la restricción de género.
El sumo pontífice modificó uno de los artículos del Código de Derecho Canónico y le dio un marco legal a una práctica que era utilizada en algunos lugares, pero sin el aval jurídico de la Santa Sede.
“Me pareció oportuno establecer que pueden ser instituidas como Lectores o Acólitos no sólo hombres sino también mujeres, en quienes, a través del discernimiento de la pastores y después de una adecuada preparación, la Iglesia reconoce ‘la firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano’”, expresó Francisco sobre el decreto.
Según la tradición de la Iglesia, el lector es el encargado de leer la Palabra de Dios en la asamblea litúrgica, instruyendo a los fieles para recibir los sacramentos, mientras que el acólito oficia de ayudante del diácono y al sacerdote en el altar.
“Los laicos que tengan la edad y las aptitudes determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser asumidos permanentemente, a través del rito litúrgico establecido, a los ministerios de lectores y de acólitos; sin embargo, esta concesión no les da derecho a mantener ni a remuneración de la Iglesia”, consideró Francisco.
De esta manera, el Papa eliminó la restricción de género y abrió la posibilidad de que las mujeres participen en los ministerios hasta hoy reservado a hombres.
“La elección de conferir también a las mujeres estos cargos, que implican una estabilidad, un reconocimiento público y el mandato del obispo, hace más eficaz en la Iglesia la participación de todos en la obra de evangelización”, argumentó.
En los considerandos del decreto, Francisco destacó la influencia de las discusiones sobre el tema durante los dos últimos Sínodos que convocó en Roma, especialmente el dedicado a la Amazonía en octubre de 2019, en los que se exploraron vías para institucionalizar la presencia de la mujer en el altar.
Con información de Télam.