El papa Francisco convocó a “un año especial dedicado a la familia”, que comenzará el próximo 19 de marzo y concluirá con el X Encuentro Mundial de las Familias, programado en Roma para junio de 2022.
Durante el mensaje antes del rezo del Ángelus, que, este año, a diferencia de los anteriores, no se realizó en la plaza de San Pedro, sino que se celebró en la biblioteca, sin la presencia de fieles para respetar el distanciamiento por la emergencia sanitaria en Italia, Francisco explicó que “este año dedicado a la familia” se produce en ocasión del quinto aniversario de la exhortación apostólica “Amoris laetitia”, la publicación tras el sínodo dedicado a este tema.
”Este año especial será una oportunidad para profundizar en los contenidos del documento ‘Amoris laetitia’, a través de propuestas e instrumentos pastorales, que se pondrán a disposición de las comunidades y familias eclesiales, para acompañarlos en su camino”, agregó.
El Papa invitó a todos los católicos “a sumarse a las iniciativas que se impulsarán durante el año”, que serán coordinadas por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida”.
”Que la Virgen María, a la que ahora nos dirigimos con la oración del Ángelus, obtenga a las familias de todo el mundo sentirse cada vez más fascinadas por el ideal evangélico de la Sagrada Familia, de modo que se conviertan en levadura de nueva humanidad y de una solidaridad concreta y universal”, concluyó.
En la Fiesta de la Sagrada Familia, Francisco invita a seguir el modelo de la familia de Nazaret. “La de Nazaret es la familia-modelo en la que todas las familias del mundo pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración”.
Asimismo, el Papa recordó que, a imitación de la Sagrada Familia, “estamos llamados a redescubrir el valor educativo del núcleo familiar, que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza”.
El Pontífice también explicó que, para que en la familia se experimente una comunión sincera, se debe dar una serie de características: convertirse en “una casa de oración”, mantener “afectos profundos y puros”, hacer prevalecer “el perdón sobre las discordias” y que “la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios”.
“De esta manera, la familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría”, pero también “halla la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor, capaz, por tanto, de ser portadora de estímulos positivos y evangelizadora con el ejemplo de vida”, puntualizó Francisco.
En este sentido, dio algunos consejos para construir un ambiente familiar sano. “Si discuten, hagan las paces el mismo día, la guerra fría del día siguiente es muy peligrosa”, sostuvo.
De igual modo, volvió a enunciar las tres palabras que siempre tienen que prevalecer en una familia: permiso, gracias y disculpa. “Permiso para no ser invasivo en la vida de los demás, después gracias por tantas ayudas y servicios que hacemos en familia, la gratitud es la sangre del alma noble, y la más difícil de pronunciar: disculpa”, concluyó.