Las legislativas del domingo en Venezuela, en las que el chavismo recuperó el control del Parlamento, cinco años después de cederlo, suscitaron este lunes el rechazo de numerosos países por celebrarse sin oposición y sin observadores internacionales.
Estados Unidos, que presiona a Venezuela para que el mandatario Nicolás Maduro abandone el poder, afirmó que “seguirá reconociendo” al líder opositor Juan Guaidó como “presidente interino” del país tras unas legislativas que calificó de “farsa”.
“La comunidad internacional no puede permitir que Maduro, que está en el poder de manera ilegítima porque robó las elecciones de 2018, se beneficie de robar una segunda elección”, advirtió el jefe de la diplomacia, Mike Pompeo, en un comunicado.
Las elecciones estuvieron marcadas por una fuerte abstención del 69%, después de que los principales partidos opositores, encabezados por Guaidó, llamaran a la población a quedarse en casa para no participar en un “fraude”.
El Grupo de Lima, que promueve una transición pacífica en Venezuela, afirmó que los comicios “carecen de legalidad y legitimidad”, por lo que el triunfo del partido socialista de Maduro y sus aliados “no debe ser reconocido por la comunidad internacional”.
El bloque internacional, formado en 2017 por iniciativa de Perú, afirmó que los comicios “fueron llevados a cabo sin las mínimas garantías de un proceso democrático, de libertad, seguridad y transparencia, ni de integridad de los votos, ni la participación de todas las fuerzas políticas, ni de observación internacional”.
La declaración del Grupo de Lima fue suscrita por Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Santa Lucía, países que reconocen a Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
Además de sumarse a esa declaración, Brasil fue uno de los primeros países en condenar unos comicios que tachó de “farsa electoral”. En el caso de Argentina todavía no hubo ninguna comunicación oficial.
“El régimen de Maduro promovió hoy ‘elecciones parlamentarias’ en Venezuela para intentar legitimarse. Sólo se legitimará ante los ojos de aquellos que aprecian o toleran la dictadura o el crimen organizado”, escribió el ministro de Relaciones Exteriores, Ernesto Araújo, en su cuenta en Twitter.
Uruguay mostró, por su parte, su “preocupación” por el proceso electoral.
“La preparación y desarrollo de estos comicios se apartó de los estándares internacionales, debido a la inexistencia de órganos de contralor independientes e imparciales en el país y por no regir actualmente en Venezuela el estado de derecho y la separación de poderes”, declaró la cancillería uruguaya en un comunicado.
La Unión Europea afirmó, por su parte, que “no puede reconocer este proceso electoral como creíble, inclusivo o transparente”, ya que no cumplió “con estándares internacionales mínimos”, según declaraciones del jefe de su diplomacia, el español Josep Borrell.
Y Reino Unido tampoco “reconocerá la legitimidad” de la nueva Asamblea Nacional venezolana, surgidas de unas “elecciones profundamente defectuosas el 6 de diciembre”, según el ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab.
“Seguimos reconociendo a Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional y como presidente constitucional interino de Venezuela”, agregó el canciller británico en Twitter.
En medio del rechazo internacional, Maduro encontró algunas voces de apoyo.
“Deseo que la Unión Europea haga una reflexión”, dijo el expresidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, que lideró fallidos procesos de diálogo en Venezuela y actuó esta vez como observador electoral. “¿No reconocer es desentenderse? Hay que comprometerse”, agregó.
Los expresidentes de Bolivia Evo Morales de Bolivia, de Ecuador Rafael Correa y de Paraguay Fernando Lugo fueron invitados a asistir a la jornada electoral por el gobierno chavista.
“Estas elecciones van a fortalecer la democracia en América Latina”, declaró Morales.