El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se negó el miércoles a calificar de "derrota" el fallido levantamiento de un grupo de soldados que apoyan al líder opositor venezolano Juan Guaidó, considerado por su par socialista, Nicolás Maduro, como una mera "escaramuza golpista".
"Esto no es de ninguna manera una derrota. Reconozco el espíritu patriótico y democrático de Juan Guaidó en su lucha por la libertad de su país", dijo Bolsonaro en una rueda de prensa después de una reunión especial en el Ministerio de Defensa para abordar la crisis del país vecino.
"Según la información que tenemos, hay una grieta (en el Ejército venezolano), que se está acercando cada vez más al alto mando. Es posible que seamos testigos de una erosión en el gobierno" añadió.
El miércoles por la mañana, el general Augusto Heleno, ministro del Gabinete de Seguridad Institucional y asesor cercano del presidente Bolsonaro, se mostró mucho más escéptico en una entrevista con el sitio de noticias G1, y describió el levantamiento del martes como "un movimiento desorganizado que parecía un pelea entre aficionados al fútbol".
El presidente Maduro afirmó, de su lado el martes, que la "escaramuza golpista" de los soldados que desertaron para apoyar al presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó -autoproclamado presidente interino y reconocido por más de 50 países encabezados por Estados Unidos- había sido derrotada, mientras anunciaba "procesos penales" contra los responsables.
El alzamiento armado del martes acabó diluyéndose con el anuncio de los altos mandos castrenses de lealtad al líder chavista. Un total de 25 insurrectos pidieron asilo en la embajada de Brasil en Caracas, mientras el líder opositor Leopoldo López, liberado por los rebeldes de su prisión domiciliaria y con quien Guaidó lideró el levantamiento, se refugió con su familia en la legación de España.