La merienda es una de las 4 comidas centrales del día. Se le debería prestar tanta atención como al desayuno, el almuerzo y la cena. Sin embargo, es una comida que muchos adultos omiten. Esto puede influir directamente en el aumento de peso: la razón es que, cuando no se merienda, es más probable llegar con demasiada hambre a la cena, o incluso darse un atracón poco saludable en el momento de la "vuelta a casa".
Entonces, la propuesta es revalorizar el momento de la merienda. La clave para que ayude a bajar de peso o mantener un peso saludable, es elegir bien los alimentos, y hacerse el hábito de no saltearla: incluso si el horario nos agarra en el trabajo o en el camino a casa.
Algunos ejemplos de meriendas saludables La merienda no requiere una preparación complicada. Lo ideal es pensar en un café o una infusión a elección como base, y combinar con alguna de estas alternativas que las nutricionistas María José Villanueva y Florencia Brunello recomiendan en el diario Clarín: - Dos tostadas de pan integral con queso untable o fresco.
- Un yogur descremado con granola casera.
- Panqueques de avena con claras de huevo y vainilla, con queso untable descremado con stevia.
- Una fruta fresca y frutos secos.
- Una tostada de pan integral untada con palta.
- Huevos revueltos y un puñado de frutos secos.
Las porciones deben adecuarse a las necesidades personales y la indicación profesional de un nutricionista. La merienda es una de las cuatro comidas principales que necesita nuestro organismo para funcionar de manera correcta y por debe convertirse en hábito.