Al menos cinco personas murieron por una potente tormenta que azotó durante la noche del miércoles a la ciudad brasileña de Río de Janeiro, que fue declarada en "estado de crisis".
El temporal, con vientos de hasta 110 kilómetros por hora, afectó principalmente a las zonas sur y oeste de la ciudad, y causó inundaciones, la caída de unos 170 árboles e incluso deslizamientos de terrenos.
En la zona oeste de la capital fluminense, dos personas murieron y otras dos quedaron heridas tras derrumbarse una casa, mientras que en la Rocinha, la mayor favela de la ciudad, se registró la tercera víctima por un deslizamiento de tierra.
Las otras dos muertes ocurrieron en la favela de Vidigal, en la zona sur de Río, tras el colapso de un muro y la caída de un árbol sobre un colectivo de línea, respectivamente.
En tanto, decenas de autos fueron llevados por la corriente de agua que se generó a partir de las intensas precipitaciones.
"Fue un evento que sorprendió hasta a los meteorólogos. En dos horas llovió lo que suele llover el mes entero", dijo al canal Globo el alcalde Marcelo Crivella, que decretó un luto oficial de tres días por las víctimas.
Río de Janeiro se mantiene en estado de alerta y "crisis" ante el pronóstico de nuevas lluvias que podrían llegar este jueves. La alcaldía pidió a la población en zonas de riesgo que se dirijan a refugios montados por el gobierno municipal.