"A nadie le gusta hablar de zoofilia, pero es algo que existe", explicó la veterinaria Marga Gallego, tras rescatar a Wolfie, un perro que era violado por su dueño. El hecho ocurrió en Mallorca, España, y el hombre murió por una infección bacteriana en su pene.
A un año y medio de su rescate, Wolfie sigue sufriendo las secuelas. "No dejaba que te acercaras a su parte trasera. Aún hoy no le puedes lavar, ni cortar las uñas ni cepillar sin haberlo sedado antes, porque se pone muy agresivo. El trauma es tan grande que aún no está apto para la adopción", contó Gallego.
La zoofilia es más común de lo que se cree. Incluso, según Gallego, existieron hasta no hace mucho burdeles en Dinamarca donde se ofrecían animales.
Hasta una mujer contó su propio testimonio: "Recuerdo una noche, un hombre pagó para acostarse con todas las chicas de la casa. Cuando se cansó de nosotras, se enteró de que el chofer tenía un perrito y lo pidió para tener sexo. Nos negamos y conseguimos que no abusara de él. Al final se conformó con que el perro estuviera presente mientras se seguía acostando con nosotras", comentó una testigo llamada Elena, al diario español El Mundo.
"Hay veces que hay que intervenir quirúrgicamente los daños, pero el tratamiento es sobre todo emocional. Puede que no se lleguen a recuperar nunca de las secuelas psicológicas. Algunos llegan a morir por estrés", explicó Gallego.