La historia de Bruno: se muda todas las semanas para ir a la escuela

Nació en el campo, pero como no hay escuela en su pueblo, se traslada todos los lunes con su mamá y su hermano para poder estudiar.

Bruno se traslada cada semana a la localidad de Bermejo para poder estudiar. (CAPTURA DE VIDEO)
Bruno se traslada cada semana a la localidad de Bermejo para poder estudiar. (CAPTURA DE VIDEO)

Bruno Marin Bustos nació en el campo, en Nikizanga. Pero allí no hay escuela. Por eso con su mamá y su hermano mayor se mudan cada semana al pueblo de Bermejo, a 30 kilómetros, para poder estudiar. Los chicos aman y extrañan el campo, y a su papá que se queda cuidando a los animales, pero saben que sin estudiar no hay futuro para ellos. La Nación retrató el esfuerzo que hacen cada semana para tener una educación.

La casa de Bemejo es pequeña, de dos ambientes, y está hecha de adobe y troncos. Por eso el agua se filtra por cada hendija que encuentra. "Se filtra porque hace mucho que no cambiamos el Nylon del techo", dice Lorena, la mamá. Casi nunca llueve en San Juan, pero cuando lo hace, es para ellos un problema.

Bruno vive en Bermejo, San Juan, para poder ir a la escuela. Quiere ser policía (CAPTURA DE VIDEO)
Bruno vive en Bermejo, San Juan, para poder ir a la escuela. Quiere ser policía (CAPTURA DE VIDEO)

Bermejo es una localidad de 480 habitantes ubicada a 100 kilómetros de la capital de San Juan. El 25,22% de sus hogares son viviendas precarias y el 84,5% no tiene acceso a cloaca o cámara séptica. Bruno y su familia no tienen cloacas y el baño es un agujero en el piso, ubicado en la esquina del lote. Tampoco tienen gas, y la garrafa de 10 kilos cuesta $300 y les dura un mes y medio.

El caso de Bruno y sus hermanos no es aislado: la falta de acceso a una escuela hace que muchas familias -o parte de ellas- se trasladen en malas condiciones a centros urbanos para que los más pequeños puedan ir al colegio. Bermejo es la cuarta localidad más vulnerable de Cuyo en términos de pobreza infantil.

Bruno tiene 8 años pero ya pensó en su futuro: quiere ser policía. Por eso, aguanta vivir lejos de su papá y en esas condiciones durante 5 días a la semana.

Es una rutina difícil. A veces un mate cocido es todo el desayuno que tienen. A Mario, el hermano mayor de Bruno, le faltan unos mocasines para ir al colegio y usa los del padre. Todos duermen en el mismo cuarto, la mamá en una cama y los chicos (de 8 y 13 años) en otra. Ese mismo espacio funciona como cocina y como baño.

Pero los tres emprenden el viaje a Bermejo una semana tras otra, para instalarse allí de lunes a viernes durante todo lo que dura el año escolar: tienen un objetivo, construirse un futuro mejor.