El 26 de mayo de 2009, con 18 años de edad Marcelo Bernasconi protagonizó un doble crimen: con una carabina Mahely M-11 calibre 22 largo mató a primero a su madre y luego a su hermano porque "no lo dejaban vivir su sexualidad". El tribunal consideró que su calvario no fue probado en el juicio "ni por lejos" y que las víctimas "fueron ejecutadas a sangre fría".
La vida del entonces peón de campo fue atravesada por el dolor, el sentimiento de opresión y la violencia. Revista Viva fue hasta la celda 9 del pabellón 11 de la unidad 32 del penal de Florencio Varela para conversar con Bernasconi, donde cumple su condena perpetua, y costantó la nueva vida que lleva en prisión.
Marcelo se transfomó en Marilyn y es preceptora de la escuela penal de Florencio Varela. A diez años del crimen, lo más difícil para ella es sobrellevar la vida en prisión. Aún hoy añora "los olores de la calle, los recuerdos, las fechas importantes, quiere estar afuera; igual en las Fiestas, que es la época más terrible".
"Yo sin darme cuenta fui madurando", cuenta Bernasconi en la entrevista que realizó revista Viva. "El cambio a ser Marilyn, decisión que tomé acá adentro, fue en marzo de 2010, mi juicio se televisaba y acá me conocían. Me hablan entonces de un pabellón de homosexuales. Yo no sabía que existían travestis presas, así que cuando ingreso al Pabellón 2, me reciben dos travestis entaconadas, con vestidos, maquilladas, y me preguntan: "¿Vos qué sos, qué te gusta?". Y les dije que eso, el taco, la pintura y el vestido. Entonces me hicieron elegir a una de las chicas para que me enseñara. A la semana que pasó el juicio, decidí ser Marilyn", explicó.
Marilyn era el nombre que usaban en su pueblo natal para denigrarla. Luego, comprendió que era la mejor forma de "esconder el "Marcelo" en una burbuja". Su historia llega al cine de la mano del director Martín Rodríguez Redondo, que aporta una voz potente al debate sobre la identidad de género y la discriminación.
En España ya causó revuelo en la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián. Y desde el 11 de octubre, fecha de su estreno en la Argentina, promete reflotar, con una nueva mirada, un caso que conmovió al país. En junio, además, obtuvo el premio a la mejor ficción del Festival Internacional LGTB de Tel Aviv. Y desde ayer, en San Sebastián, "compite por el premio Sebastiane, galardón que se entrega a la película que mejor refleje los valores y la realidad de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales", anuncia su producción.