Ezequiel Lo Cane estuvo como invitado en la mesa de Mirtha Legrand y narró cómo fueron los últimos momentos de vida de su hija Justina, la joven de 12 años que esperó y no pudo recibir un trasplante de corazón.
Sus padres impulsaron la promulgación de la ley que lleva el nombre de la adolescente y determinó que todos los mayores de edad son donantes de órganos salvo que se hayan opuesto en vida.
La historia de este papá causó lágrimas visibles en los invitados a la mesa, sobre todo de María del Cerro y el doctor Alberto Cormillot.
"Cuando llego a su habitación, los monitores comienzan a encenderse como alarmas y lo miro a su médico que me dice 'ya está, no hay necesidad de desconectarla'. Me acerqué y nunca lloré como lloré en ese momento, le di un beso, me despedí y salí corriendo a buscar a mis otros hijos a contarles la noticia yo mismo", señaló Lo Cane.
"Cuando me despedí, le di un beso y le dije unas palabras que me las guardo. Creo que cuando entré, ella supo, de alguna manera, que la mamá y yo habíamos decidido soltarla", afirmó con total entereza. "Es un dolor que crece. Cada día la extraño más", cerró.