Tras una semana cargada de turbulencia para la Selección Argentina y para Jorge Sampaoli, el triunfo ante Nigeria y la posterior clasificación llevaron tranquilidad al equipo. Dentro del partido hubo una situación que no fue pasada por alto por el staff del entrenador.
Desde la intimidad del cuerpo técnico comentaron que Sampaoli no le preguntó a Messi si podía poner a Agüero. Afirmaron que en ese minidiálogo el DT de Casilda le avisó que iba a poner al Kun para nutrir al ataque y que él (Leo) debía retrasarse.
Las imágenes hablan por si solas: la primera, la de la pregunta, muestra un técnico totalmente sumiso dándole letra a aquellos que piensan que el equipo ahora pertenece a los jugadores. Por otra parte, la segunda, la más lógica y creíble, enmarca que el entrenador busco ganar tiempo para que la formación se reorganice apenas entre Agüero.
Mas allá de estas especulaciones, para la tranquilidad de Sampaoli hubo dos gestos de Messi que le brindaron paz. Uno cuando el 10 le propuso un choque de manos en el festejo del segundo gol, el del milagro. El otro fue el abrazo que el capitán le dio al técnico en el vestuario.
Fue muy loable la actitud de Messi porque reconoció en esas dos postales a un entrenador que, por el mal funcionamiento del equipo, había sido silbado e insultado en la previa con ferocidad cuando su rostro apareció en la pantalla gigante.
Así después de dos semanas en Rusia, la Selección por fin encontró el equilibrio y sueña en grande.