Liniers, club que milita en la quinta categoría, dio por finalizadas las obras que inició en septiembre pasado, después que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) le prohibió jugar en su estadio hasta que no corrigiese la anomalía.
"Nos da un poco de nostalgia a mí y a todos los hinchas que nuestra cancha no esté más en falsa escuadra'', declaró el presidente de Liniers, Marcelo Gómez, al deportivo Olé del miércoles. "Era un símbolo de nuestro club, característico de la institución''.
La cancha tenía más una forma de trapecio que de un rectángulo. Entre otras fallas, una mitad del campo era más chica que la otra, sus líneas perimetrales no estaban encuadradas y al tener un arco corrido si se trazaba una línea recta desde ese lugar terminaba al borde de la otra área.
Liniers, con sede en la ciudad de San Justo, lindante con la capital argentina, jugó con la cancha torcida desde que la inauguró en 1987 con capacidad para unas 5.000 personas.
La reinaguración oficial de la nueva cancha de Liniers será en febrero cuando "La Topadora'' reciba a Claypole por el campeonato de primera D, en el que marcha en el quinto lugar.