El papa Francisco llegó esta mañana a la ciudad de Iquique, la última parada de su viaje por Chile y desde donde partirá hacia Perú, destino final de su sexta gira pontificia por América Latina.
En Iquique, una ciudad emplazada en el desierto de Atacama en la norteña región de Tarapacá, el pontífice encabezó la tercera y última misa masiva de su viaje a Chile, después de las que realizó en Santiago y Temuco.
En medio de la misa, Francisco se refirió a la inmigración, una realidad conocida por los habitantes de Iquique, donde estos últimos años se ha registrado un considerable aumento en la llegada de extranjeros.
"No nos privemos de todo lo bueno que tienen para aportar los inmigrantes. Iquique es tierra de sueños, eso significa el nombre en aymara; tierra que ha sabido albergar a gente de distintos pueblos y culturas que han tenido que dejar a los suyos, marcharse", afirmó, y pidió que se proteja a los inmigrantes de la explotación y la precarización laboral.
Asimismo, deslizó una pequeña broma hacia los argentinos, a quienes dedicó un saludo: ""Quiero agradecer la presencia de tantos peregrinos de los pueblos hermanos de Bolivia, Perú y, no se pongan celosos, especialmente de los argentinos, que son mi patria. Gracias a mis hermanos argentinos que me acompañaron"
Antes de la misa, que se realiza en Playa Lobito, una amplia explanada a 20 kilómetros de Iquique, el Sumo Pontífice saludó a dos víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), quienes le entregaron una carta.
Después de la ceremonia religiosa, Francisco y su séquito almorzarán en la casa de retiro del Santuario Nuestra Señora de Lourdes de los Padres Oblatos.
Francisco se dirigirá finalmente al aeropuerto de Iquique, donde se realizará la ceremonia de despedida, que encabezará la presidenta Michelle Bachelet.
Allí abordará el avión de la compañía Alitalia que lo traslada junto a su séquito y viajará a Lima para comenzar una visita a Perú que se prolongará hasta el próximo 21 de enero.